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Como ayudar a afrontar situaciones nuevas en los más pequeños: Mudarse de casa.

Cuando hablamos de nuevas situaciones nos referimos a aquellas que afrontamos por primera vez, y que se producen en el seno de la familia, de manera que tienen consecuencias para todos, especialmente para los niños y las niñas.

Se intensifican los actos violentos, la agresividad está muy presente en distintos medios a los que los pequeños/as pueden acceder, sin el control de sus padres, y el acoso escolar aumenta. Las tecnologías cambian a una velocidad de vértigo, mientras que para los padres y madres son grandes desconocidos/as, parece que los niños y niñas nacen sabiendo utilizarlas. Han cambiado las formas de ocio, y el consumo está presente en las actividades que aparentemente son las más atractivas para ellos. Los abuelos y abuelas se ven obligados/as, en muchos casos, a ejercer de educadores y no tenemos tiempo para definir el papel que queremos que desempeñen, porque también hemos reducido el tiempo de diálogo.

No nos alarmemos. Preocuparnos sólo genera ansiedad y merma la capacidad resolutiva. Hay que saber cómo enfrentarse a las nuevas situaciones, estableciendo un plan de acción que contemple el antes, el durante y después de cada cambio. Nuestros hijos e hijas necesitan que les enseñemos qué hacer con todas estas novedades.

La sociedad se transforma y nosotros tenemos que adaptarnos a ella. El cambio es un proceso constante que el menor tiene que aprender a afrontar. La manera de actuar en sus primeras experiencias, influirá en las sucesivas variaciones a las que, inevitablemente, tendrá que amoldarse.

Cualquier cambio conlleva estrés y, en el caso de los niños y niñas, provoca una sensación de inseguridad ante lo nuevo. Vamos a poner un ejemplo: Mudarse de casa. Esta situación nueva  es una de las mayores fuentes de nerviosismo para los adultos que, sin querer, transmiten a los hijos e hijas.

¿Cuáles serían las pautas para afrontar un cambio de casa en los niños y niñas?

  1. Preparar al niño o niña con tiempo. Es conveniente informarle del cambio cuando se acerque la fecha. Por ejemplo, si es una mudanza es muy útil colgar un calendario en su habitación y señalarle la fecha para que pueda ir tachando días hasta que se produzca el cambio y le ayudará a saber el tiempo que falta.

  2. Enseñarle el nuevo lugar de residencia antes de establecernos.

  3. Dar una vuelta por la zona y mostrarle lugares a los que acudirá con frecuencia: el parque, el supermercado, etc.

  4. Permitir que tome pequeñas decisiones acerca de su nuevo hogar: su cama, su habitación, la decoración, etc.

  5. El día de la mudanza, ayudarle a recoger sus cosas en cajas y explicarle el proceso hasta que vuelva a encontrarlas en su nueva casa. La importancia de lo que quiera llevarse es la que él o ella decida.

  6. Evitar transmitir nuestro estrés al hijo o hija. Aunque pueda resultar emocionalmente agotadora, una mudanza suele ser una situación de mejora. Conviene que se lo hagamos ver y vivirlo con él o ella de forma tranquila.

  7. Si en el sitio nuevo se habla otra lengua, es una gran oportunidad para que la aprenda. Intentemos llevarle a clases para aprender el nuevo idioma unos meses antes del traslado.

Ésta es sólo una de las muchas circunstancias novedosas que afrontan las familias actuales, pero hay otra que trataremos en futuros post.

 

Susana Paniagua Díaz

Psicóloga y coach

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