Movimiento 15M, lo mejor de la naturaleza humana

15M, lo mejor de la naturaleza humana

Lo que está ocurriendo desde el 15 de mayo explica, desde mi punto de vista, cómo el ser humano ha conseguido sobrevivir, superarse y avanzar a lo largo de millones de años de evolución: COOPERACIÓN.

Estamos asistiendo a un acontecimiento donde de manera pacífica, gentes de diversa índole e ideología se han organizado con un objetivo común, manifestándose a través de múltiples voces y enfoques, y un método común, una organización, que ha surgido prácticamente de la nada, sin líderes ni cabecillas, simplemente de la motivación hacia ese objetivo y con la conciencia de grupo, sin que primen los intereses individuales. Esto es cooperar.

La gente que se ha sumado al movimiento Democracia Real Ya o Movimiento 15M,  ha demostrado civismo, organización y solidaridad, ha habido una total y absoluta autorregulación, sin ningún tipo de incidente violento. Ha salido lo mejor de la naturaleza humana: la unión en los momentos difíciles. Desde una perspectiva psicológica, es una tendencia normal de las personas ante catástrofes, crisis o injusticias.

Está demostrado que la cooperación es más eficaz que la competición para conseguir los mejores resultados en cualquier contexto a largo plazo. La teoría de los grupos así lo ratifica, pero, aunque está en los manuales de alto rendimiento de las empresas, cuando se habla de trabajo en equipo o negociación, o lo escuchamos de boca de los políticos ante situaciones mundiales complejas, en la práctica NO SE HACE.

En épocas de opresión, de crisis, de escasez, se han producido las grandes revoluciones de la humanidad, y en todos esos momentos la cooperación ha sido clave en la consecución de libertad y derechos humanos.

El 15M se da en un contexto de crisis mundial, de índices muy altos de paro, de circunstancias donde los más desfavorecidos son los que están sufriendo las peores consecuencias, de otros antecedentes de protestas sociales ante la realidad político-económica actual. Un momento en el que muchos jóvenes  sienten que no tienen futuro y no tienen nada que perder, y ante la inminencia de unas elecciones que, en este caso, han funcionado como detonador de lo que se fraguaba.

Esta situación es un caldo de cultivo para desarrollar sentimientos de indignación y descontento ante la injusticia social y que aleja a los votantes del sistema por la incapacidad de los políticos de atender las necesidades reales de la ciudadanía. Desde la psicología hablamos del principio de saciedad/privación. Las motivaciones proactivas del ser humano se despiertan ante la privación de necesidades y no en momentos de bonanza.

Y muchos españoles se han movilizado y concentrado en la Puerta del Sol y en las principales plazas de nuestro país y de otros países, unidos por un sentimiento de indignación, que gracias al grupo, se ha complementado con sentimientos de justicia universal y de esperanza. Estos sentimientos son de unión, de lucha y de acción positiva.

Esto es lo que está pasando ahora, no hay nada que perder, social y psicológicamente se están dando todos los factores que explican este acontecimiento: privación de necesidades, sentimientos de indignación e injusticia, cohesión y cooperación grupal alimentados por sentimientos de acción positiva y objetivos comunes. 

¿Es el momento de hacer resurgir las utopías? Las utopías no se consiguen, dicen, por eso son utopías, pero la lucha por los ideales y un mundo mejor nos ha ayudado a dar grandes saltos éticos y de superación personal en la historia de la humanidad. Esto marca una gran diferencia con otras especies, el ser humano no sólo actúa motivado por el aquí y ahora sino que puede anticiparse y actuar para conseguir cosas positivas de cara al futuro, actúa también motivado por ideas e imágenes que puede ser capaz de hacer realidad.

Ojalá esto no tenga vuelta atrás y estemos ante uno de los cambios fundamentales de nuestro mundo.

Raquel López Vergara

Psicóloga y coach

Grupo Crece

 

Ya lo pagarán mis padres

Botellón

Si un menor comete una infracción, cualquiera que sea y en el lugar que sea, la responsabilidad cae directamente sobre padres o tutores legales y casi siempre es un asunto económico. ¿Cuál es el objetivo? Que el menor aprenda a respetar un espacio público o natural. Pero, ¿lo estamos consiguiendo con una multa que pagan sus padres? Creo que no.

Desde la psicología y la pedagogía se ha demostrado que la mejor manera de prevenir este tipo de comportamientos es utilizar métodos de control-autocontrol como la SOBRECORRECCIÓN.

La sobrecorrección implica subsanar el error cometido, de modo que se aprende una conducta alternativa y no sólo se castiga la inadecuada (en este caso el castigo es para los padres y no para los hijos, así que con las multas no existe ningún tipo de control directo sobre los adolescentes).

Los trabajos de servicios a la comunidad que imponen algunos jueces son un buen ejemplo de sobrecorrección.

Si un niño o adolescente ha destrozado un pupitre, la sobrecorrección implicaría ayudar al carpintero a repararlo, si ha destrozado una fachada con una pintada, ayudar a los equipos de limpieza a limpiarlo o a volver a pintarlo, acudir a limpiar una zona natural de vidrios y plásticos, etc.

El objetivo, en realidad, es tomar conciencia del esfuerzo que implican las cosas y aprender a valorar lo que se hace bien, lo correcto, el trabajo bien hecho. Además se aprende que si una persona comete un error debe resolverlo, es decir, educar en el sentido de la responsabilidad. Y esto se educa desde la acción, no desde la palabra.

En otros momentos históricos en nuestro país, momentos de escasez, en la familia y la sociedad esto fluía de una manera natural. Había que cuidar el abrigo porque era el único que teníamos y si se estropeaba había que zurcirlo y arreglarlo porque no podíamos permitirnos otro abrigo. Era algo valioso y requería un esfuerzo tanto para conservarlo como para repararlo y al mismo tiempo la responsabilidad de un uso adecuado.

Creo que se abusa de implicar a las familias en el manejo de estas variables. Esfuerzo, responsabilidad, valorar lo importante, se las responsabiliza directamente de la irresponsabilidad de sus hijos, pero si la sociedad no fomenta desde las leyes, un sentido sano y educativo de la responsabilidad está contribuyendo poderosamente a mantener a un conjunto de adolescentes irresponsables sin darles la oportunidad de cambiar.

Raquel López Vergara

Psicóloga y coach

Grupo Crece

 

Cuando estamos alegres…

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La alegría es una emoción universal, innata y básica.

Es universal ya que está presente en todas las culturas humanas, es innata porque los bebés nacen ya con capacidad para experimentarla, expresarla y reconocerla en las expresiones de los otros y, básica porque a partir de ella desarrollamos otros sentimientos positivos más complejos.

Además, no es exclusiva de las personas, la compartimos con muchos animales.

La alegría es la emoción de la acción positiva. Cuando estamos alegres imaginamos más, somos más creativos, anticipamos que el futuro y el resultado de nuestras acciones depararán cosas buenas, sentimos que tenemos más capacidades para enfrentar las diferentes circunstancias y obstáculos cotidianos, inhibimos nuestro miedo y ansiedad, somos más proactivos, nos relacionamos más con los demás y, en definitiva, aumentamos la posibilidad de conseguir nuestros objetivos y de que las cosas salgan bien.

Todo esto se manifiesta también a nivel biológico liberando los neurotransmisores del placer, las endorfinas. 

“Sin alegría ni orgullo no hay nada que salga bien”

F. Nietzche

Hay muchas vías para potenciar los estados emocionales positivos:

  • Aprende a relajarte y mantén a raya el estrés.

  • Fíjate en lo que haces bien y no te exijas tanto.

  • Encuentra momentos para ti y lo que te gusta.

  • Come y duerme lo suficiente para ti.

  • Haz algo de deporte.

  • Toma decisiones hacia cambios vitales ilusionantes.

  • Incorpora cosas nuevas en tu vida.

  • Encuentra momentos para relacionarte con los otros.

  • Haz actividades creativas.

  • Sonríe y ríete cada día, cultiva el humor.

Técnicas como la danzaterapia, risoterapia, musicoterapia, arteterapia, entre otras nos pueden ser muy útiles para acercarnos a esos estados emocionales positivos.

Raquel López Vergara

Psicóloga y coach

Grupo Crece

 

Drogas. ¿Son útiles las campañas de prevención?

campaña drogas

Muchas campañas de prevención de drogas para adolescentes y jóvenes se basan en el riesgo que supone el consumo. Las charlas educativas, los anuncios publicitarios, los vídeos divulgativos… hablan de las consecuencias a largo plazo y del riesgo.

En el momento de crisis de la adolescencia y la primera juventud aparecen muchas inseguridades, dudas, miedos, altibajos emocionales y cambios, se está construyendo la identidad.

Separarse de las normas sociales y familiares es clave en ese proceso de construcción de dicha identidad y los amigos son percibidos como los mejores consejeros. A veces, sus amigos también consumen, o su fracaso académico les lleva a explorar otras áreas de satisfacción.

En esta etapa viven en el placer y no en el deber. Son los años de huir de las normas para construir, más adelante, sus propias normas y convertirse en adultos maduros y responsables. El adolescente y el joven se caracterizan por vivir en un presente continuo. El futuro para ellos es la fantasía de lo que van a lograr y en líneas generales es maravillosos y utópico.

Un mecanismo de lucha contra ese vaivén emocional es su casi nula percepción del riesgo y el presentismo de “carpe diem” que les ayuda a afrontar sus miedos y atreverse a actuar.

Con los años, en un proceso de maduración normal, todo esto cambiará, y el que fue adolescente y joven sentará la cabeza y será más prudente, teniendo en cuenta las consecuencias a largo plazo. Con ello podemos reflexionar sobre la validez de estas campañas centradas en el riesgo y en las consecuencias futuras.

Directamente NO FUNCIONAN.

Las campañas preventivas tendrían más éxito si se centrasen en aquellos aspectos que SÍ son un MOTIVADOR importante en la adolescencia:

-          La imagen

-          El éxito social-sentimental

-          La diversión

-          La exploración

-          Hacer presente ese futuro que ellos no ven

Tendrían más éxito si crearan un vínculo entre el joven y su motivación para que llegue a ella de forma saludable.

Pedro A.C.

Psicólogo

 

Teatro: Una necesidad de comunicar desde lo profundo

foto artículo Fernando Gallego

¿Qué motivación tenían Antonio Banderas o Nicole Kidman para convertirse en actores? ¿Qué es lo que hizo que cualquiera de los grandes intérpretes que conocemos se decidiera a estudiar teatro? Probablemente para la mayoría de nosotros exista una distancia insalvable con ellos, dada la fama y nivel que poseen, y sin embargo es muy probable que la necesidad que les empujó a hacer teatro esté más cerca de nosotros de lo que podríamos pensar. Y es que esa necesidad es común al ser humano.

A todos los que somos actores nos han hecho alguna vez esa pregunta. ¿Por qué quieres hacer teatro? La primera vez, seguramente, el día que tan idealistas como inexpertos, nos presentábamos ante las grandes escuelas de interpretación. La respuesta casi siempre era la misma: Poder expresarme, contar lo que soy y lo que siento, transmitir y conectar con el resto del mundo a través del teatro.

Se trata, sencillamente, de una necesidad expresiva. Y, ¿acaso hay alguien que no tenga esa misma necesidad? Más aún en estos días en que parece haber una tendencia generalizada a reprimir una gran parte de nuestros impulsos: Nos callamos lo que pensamos por no generar conflictos, ocultamos los sentimientos que nos hacen parecer débiles, escondemos la rabia y la guardamos para nosotros. La costumbre de gestionar en privado todo lo que nos sucede, en lugar de exponerlo y contrastarlo con nuestro entorno, nos distancia por un lado de la realidad y por otro de nosotros mismos. Quizá por eso nos hallemos todos en esa carrera constante por encontrar formas de reconciliarnos con nuestro interior, de conectar con lo profundo.

Esa función liberadora la cumplen de sobra multitud de prácticas artísticas, y todas ellas desde la expresión. El teatro nace precisamente de esa necesidad de acercarnos a la dimensión oculta de la vida, proponiéndonos un viaje en busca de la autenticidad del ser humano. Y para que ese viaje tenga un buen final, para que el público pueda alcanzar el estado catártico, que Aristóteles definía como una purificación del alma o estado superior de consciencia, se necesita que los actores estén preparados para ejercer de guías.

Pero el aprendizaje del actor de teatro no consiste en una mera formación técnica. Ha de emprender su propio viaje particular, encontrarse consigo mismo y prepararse para ser un auténtico vehículo expresivo. Expresivo de su Yo más profundo. Para esta labor el actor se entrena mediante la creación de personajes, la improvisación, la intervención en situaciones dramáticas y la representación. Se ejercita en su capacidad de conectar consigo mismo y por ende, con el espectador. Y aunque se ha dicho siempre que el teatro es mentira, que el actor no dice la verdad cuando interpreta, en el teatro sabemos que el gran actor es aquel que, conectando con lo más sincero de su interior, consigue llegar al corazón del público. Luego no hay mentiras en el teatro, sino honestidad. Y por suerte para todos, esa función liberadora o de comunicación autentica es accesible para cualquiera que experimente los beneficios del juego teatral y los ejercicios expresivos.

El juego, entendido como experiencia creativa, desempeña un papel fundamental en el proceso liberador del teatro, ya que nos entrena para encontrar respuestas a situaciones complejas o que en algún momento han generado bloqueos en nosotros. Y eso surge, no de la racionalización de los acontecimientos, sino de la espontaneidad y la intuición con la que nos enfrentamos a ellos. Y el experimentar de manera espontánea nuevas vivencias produce un placer curativo en nosotros. Jacob Levi Moreno, precursor del psicodrama, definía la espontaneidad como "la respuesta adecuada a una nueva situación, o la nueva respuesta a una situación antigua". Pero como muy bien sabía Moreno, para que esto suceda es muy importante que la experiencia se viva en comunión con otras personas. El trabajo en equipo y la improvisación suponen un entrenamiento eficaz de escucha y empatía entre los actuantes, donde cada cual se ha de hacer responsable de sus actos, ya que toda acción tiene una consecuencia en el otro. Medirnos en esta experiencia nos pone los pies en la tierra, nos acerca al otro, y nos da una nueva perspectiva tras el aprendizaje.

Y aunque no sepamos que contestó el talentoso Javier Bardem, cuando llegó a una gran escuela de teatro, ni en qué gran producción de Hollywood se halla ahora embarcado, si podemos compartir con él el mismo impulso universal de crecer como personas, conocernos mejor y mostrarnos al mundo de la forma más honesta posible. Algo que sin duda, ha de estar al alcance de todos nosotros.

Fernando Gallego

Actor y terapeuta gestalt

 

El 14 de febrero y la comercialización del amor

El 14 de febrero y la comercialización del amor

En nuestra sociedad las personas tenemos un conjunto de ideas preconcebidas erróneas sobre las relaciones sentimentales y el amor. Son fruto, en gran parte, de los modelos de pareja que nos muestran a través del cine o la música comercial, la publicidad y, en general, los medios de comunicación, que fomentan un amor de consumo banal, vacío y superficial.

Con relación al cine no puedo evitar hacer mención a la película basada en la serie Sexo en Nueva York donde el verdadero amor se tiene que demostrar a través de un matrimonio por todo lo alto con dimensión pública, una gran fiesta, un gran vestido, muchos invitados y una gran casa con vestidor diseñado para guardar cientos de pares de zapatos.

En el mes de febrero nos bombardean con la publicidad de ese especial día de San Valentín en el que demostrarás a tu pareja lo mucho que la quieres con perfumes, joyas, flores, viajes, cenas especiales, circuitos Spa para enamorados… Está tan metido en la cultura que si él o ella no se acuerda de ese día y nos prepara algo especial nos sentimos lastimados y decepcionados, sentimos que no nos tiene en cuenta y no tiene detalles románticos con nosotros. Como si el amor fuera eso.

En la música el amor es el gran tema, y frases como “sin ti no soy nada”, “te necesito”, “como yo te amo nadie te amará”, “soy tuya”, “morir de amor” etc. alimentan también estos mitos.

Podemos remitirnos también a la literatura, que a partir del siglo XIX especialmente,  alimenta la idea del amor romántico, por ejemplo la obra Madame Bobary y la de todos los poetas románticos.

Y pensamos cosas como: el verdadero amor es estar enamorado toda la vida, el sexo siempre debe ser intenso con mi pareja, mi pareja si me quiere debe saber lo que necesito, deseo o me hace ilusión, todo lo tengo que compartir con mi pareja, mi pareja se acordará de todas las fechas importantes, el único sentido de mi vida es el amor a mi pareja, no me puedo fijar en nadie más, ni sentirme atraído/a por nadie, los celos avivan la llama del amor, los detalles románticos tienen que ser especiales: saber escribirme una poesía + gastarte dinero en mí + sacrificar todo tu tiempo por mí+ hacer algo que no le guste por mí (y si todo ello lo hace el 14 de febrero, mejor).

Además, todo aderezado por un mundo, el occidental, donde las necesidades básicas, en general, están cubiertas y donde se alimenta un estereotipo de persona que debe estar en la cresta de la ola. Vivimos atados a las pasiones y cuando esto desaparece o no está presente sentimos que no hay amor.

Se trata de una concepción del amor equivocada, sujeta a múltiples mitos que nos llevan a tener un conjunto de expectativas sobre las relaciones y el comportamiento de nuestra pareja insostenibles en la realidad, y que, en parte, pueden explicar la dificultad para mantener una relación sana y duradera.

El ser humano de forma instintiva tiende a buscar apegos y a perpetuar la especie. Culturalmente, a lo largo de la historia y según nuestras pautas específicas de socialización, se han canalizado y matizado estas necesidades instintivas. No podemos huir ni de la biología ni de la cultura, estarán presentes en nosotros siempre. Pero si rascamos en las relaciones funcionales, sanas y satisfactorias en nuestra cultura llegaríamos a varias conclusiones:

El amor es más que enamoramiento, pasión o deseo. Es amistad, respeto, admiración, empatía, comunicación, compromiso, compartir, sentirse seguro, compañía, alegría. Y hay muchas maneras, casi tantas como parejas existen, de alcanzar esto.

El amor de pareja debe dejar espacio al individuo y a la satisfacción de sus necesidades personales.

Las relaciones amorosos son dinámicas y cambian a lo largo del tiempo.

El amor se demuestra, se alimenta y se aviva cada día en las cosas pequeñas y cotidianas y no con una súper boda, un sacrificio vital o un día de San Valentín.

Raquel López Vergara

Psicóloga y coach

Grupo Crece

 

Beneficios de las actividades al aire libre en el desarrollo psicosocial de nuestros hijos

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Muchos padres se quejan de que sus hijos consumen mucho tiempo delante del ordenador, la tele y los videojuegos. Estas actividades, aunque sean sus preferidas, limitan en gran medida sus experiencias de aprendizaje.

En este tipo de actividades el niño suele ser un receptor pasivo de los estímulos que provienen de los medios audiovisuales por lo que experimenta un repertorio limitado de respuestas emocionales e intelectuales. La mayoría de los juegos y programas hacen que el niño no interactúe con otras personas realizando estas actividades en solitario, además, ve menguadas las posibilidades de crear o imaginar porque todo le viene dado, está hecho. Uno de los aspectos más significativos es que accede a valores, en ocasiones, contradictorios con  respecto a aquellos que queremos que aprenda.

Esto no significa que debamos limitar al cien por cien el acceso a estas diversiones, sino que tenemos que generar alternativas que sean más educativas y enriquecedoras. Una opción estupenda para nuestros hijos son las actividades al aire libre.

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Aquellas actividades lúdicas que se realizan en el medio natural (juegos de equipo, deportes, excursiones…) suponen para niños y jóvenes el desarrollo de un conjunto de competencias necesarias para su desarrollo psicosocial.

Por un lado, este tipo de actividades requieren de la interacción con otras personas. El niño o el adolescente se desarrolla adecuadamente en la relación con los otros, aprende a regular sus emociones, a relacionarse, a conversar, a resolver conflictos, a crear lazos afectivos, a conocer las reglas del funcionamiento de la sociedad, a fijar lazos familiares...

Las actividades al aire libre proporcionan una riquísima variedad de experiencias sensoriales y emocionales. Generalmente, se activan los cinco sentidos: la vista, el oído, el olfato, el gusto y el tacto. El ambiente de las ciudades y las rutinas diarias nos alejan de experiencias sensoriales variadas y estimulantes para el desarrollo de nuestras sensibilidades que proporcionan bienestar y relajación.

El contacto con la naturaleza facilita que desconectemos de los problemas, que nuestra percepción esté en la estimulación externa y no estemos tan pendientes de nuestras preocupaciones. Vivimos en el mundo de la prisa y tomar contacto con el medio natural y con las sensaciones que éste ofrece, como la brisa en la cara, el olor de las flores, bonito paisaje…, nos hace conectar con el aquí y ahora. Pararnos a disfrutar de estas emociones básicas nos ayuda a relajarnos. 

Las experiencias educativas al aire libre favorecen la creatividad

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La cantidad de experiencias emocionales que tengan nuestros hijos les aportarán una guía de conocimientos sobre sí mismos y más herramientas para el autocontrol. Debemos hacer hincapié en que la experimentación de emociones positivas y relajantes abre la puerta del aprendizaje y previene el aburrimiento o la apatía.

Por otro lado, permiten la exploración de las propias competencias y limitaciones, y posibilitan la adquisición de destrezas. La actividad física es muy importante de cara al equilibrio de nuestro organismo, descarga las tensiones, proporciona mayor control de uno mismo y provoca sensaciones de euforia y felicidad. Las experiencias educativas al aire libre favorecen la creatividad y la búsqueda de soluciones a los problemas o contratiempos.

Finalmente, abren la puerta a la educación de valores muy importantes desde el contacto directo con esa realidad y desde el disfrute: el cuidado de la naturaleza y del planeta, saber compartir, saber ganar y perder, respetar y amar a los animales, disfrutar de la interacción con los demás, la cooperación...

Todos estos elementos combinados hacen de las experiencias al aire libre una opción educativa inigualable. Existen múltiples opciones de ocio al aire libre. A la hora de buscar o seleccionar alguna opción, es importante, adaptarse a los intereses y capacidades de nuestros hijos y potenciar su realización en familia o con niños de su misma edad.

Raquel López Vergara

Psicóloga y coach

Qué regalar a los niños por Navidad

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Se dice que los niños de hoy en día tienen “de todo”. Yo no estoy tan segura. Tienen ropa nueva, videoconsolas de última generación, multitud de juguetes... y en estas fechas navideñas se harán con una escandalosa colección nueva de todos estos objetos, ¿realmente deseados? Probablemente acabarán arrinconados en breve espacio de tiempo.

Aún así, los niños de hoy en día NO tienen de todo. Quizá no tengan un pueblo en el que poder desbocarse y disfrutar con libertad o hermanos con los que aprender a compartir o tiempo suficiente con sus padres, en definitiva, pueden estar carentes de experiencias vitales más enriquecedoras que la televisión y las consolas.

Párense a pensar el efecto que este consumismo sin sentido tiene para la educación en valores de los niños, cómo después les reprochamos no saber esforzarse ante las dificultades o valorar el esfuerzo de los demás. Párense a pensar qué es lo que más ilusión le puede hacer a este niño o niña, qué necesita realmente y va a enriquecerle como persona.

Algunas ideas tienen que ver con actividades para compartir en familia, actividades al aire libre que desarrollan muchas habilidades en los niños y favorecen la relajación, talleres creativos donde compartir la experiencia con otros niños y sus familiares, un viaje especial lleno de cosas nuevas, tiempo para crear algo que pueda ser gratificante: la comida preferida del niño, un pastel casero, construir un juguete en familia, juegos educativos que además son divertidos.

Raquel López Vergara

Psicóloga y coach