La autoestima es uno de los constructos que más trabajamos en Psicología. Hablamos muchas veces de nuestra autoestima personal o de la autoestima de los niños, y de cómo construirla de una manera sana y positiva. Pero ¿y nuestra autoestima como padres y madres?
Uno de los grandes retos de la maternidad y la paternidad consiste en crear un nuevo rol, con todos sus matices, y hacernos fuertes en él. Nuestro rol como padres y madres será la identidad desde la cual nos relacionaremos con nuestros hijos, nuestra manera de tratarles, de posicionarnos frente a ellos. Tal es la importancia de esa construcción que el apego que se generará en nuestras hijas e hijos no será tanto hacia nuestra persona, sino hacia nuestro rol como madres o padres. Esta realidad nos puede llenar de dudas e inseguridades (¿lo estaré haciendo bien?; ¿estaré eligiendo lo mejor?; ¿me arrepentiré?...), y llevarnos a generar roles confusos, a contradecirnos, a no ser coherentes..., generando inseguridad en la relación y en el apego.
Nuestra autoestima como padres y madres tendrá unainfluencia directa en nuestra manera de relacionarnos con nuestros hijos e hijas. La autoestima será para los pequños la fuente de seguridad, un factor necesario a la hora de ponerles límites y transmitirles seguridad, e incluso a la hora de mostrarles el afecto:
los padres y madres con una autoestima más sana son más reforzadores, dan más afecto y generan un clima emocional más estable.
Como padres y madres es necesario que nos sintamos seguros en nuestro rol paternal o maternal, independientemente de la seguridad que sintamos en otros roles que desempeñamos en nuestra vida (laboral, personal...). Para encontrar esta seguridad hay una serie de cuestiones que tenemos que recordar:
- Siempre se sobrentiende que las madres y padres intentamos desempeñar nuestro papel lo mejor que podemos. Nadie nos exige la perfección, sino humildad para saber reconocer los errores y buscar información y ayuda cuando la necesitamos.
- La relación paterno y materno-filial es una relación asimétrica, desequilibrada. No vamos a recibir lo mismo que damos, lo cual no significa que no estemos haciendo una buena labor.
- Es importante tomar conciencia de lo que queremos aportar a nuestros hijos e hijas, de los principios y valores en los que queremos educarlos, y vivir de acuerdo a ellos, de modo que nuestros hijos perciban una coherencia entre nuestras palabras y nuestros actos.
- Tenemos que ser conscientes de nuestras fortalezas y crecer en confianza a partir de ellas.
- La mayor huella que vamos a dejar en nuestros hijos e hijas está en los pequeños gestos del día a día, no en los acontecimientos más extraordinarios o menos normativos.
- Independientemente de cómo nos sintamos en otras facetas de nuestra vida, nunca podemos olvidar que somos las personas más importantes para nuestros hijos, su referente.
Disfrutar de nuestro papel y de la relación con nuestros hijos, ajustar nuestra propia exigencia y entender que nuestra maternidad y paternidad es un proceso que está en continua construcción nos ayudará a vivir nuestro rol de manera más positiva y consciente.
Psicóloga infanto-juvenil y familiar