Encontrar el justo lugar en la relación madre-hija (Parte I)

Toda madre juega un papel fundamental en la vida de su hija, y por una buena razón: se trata de la primera referencia femenina que ésta tiene. La relación que sucede entre ambas en ocasiones es ambivalente: una mezcla entre amor y odio donde a veces es difícil encontrar un lugar adecuado. 

La principal dificultad se puede resumir en las siguientes palabras de Erich Fromm: "La relación madre- hijo es paradójica y, en cierto sentido, trágica. Requiere el amor más intenso por parte de la madre, sin embargo, todo ese amor debe ayudar a que el niño crezca y se aleje poco a poco de ésta, hasta convertirse en un ser totalmente independiente".

¿ Dónde debe poner el límite una madre para que permita la autonomía e individuación de su hija?
¿ Dónde debe poner el límite la hija para que pueda expresar sus propios deseos y su identidad? 

Y ¿ cómo hacerlo sin sentir la culpabilidad de creer traicionar a la madre al seguir su propio camino? 

Como la madre es la primera que está cuando se crea esta relación, pondremos el foco de atención en ella y en su actitud en las dos etapas fundamentales del desarrollo vital de todo ser humano: la infancia y la adolescencia. Así mismo describiremos y analizaremos el perfil de algunas madres que pueden dificultar este dúo, las consecuencias de sus actos en sus hijas y algunas soluciones posibles para hallar ese justo lugar. Por último, se examinará la relación desde el punto de vista de la cadena generacional: como ser madre después de la propia madre y el papel de la madre convertida en abuela.

Infancia

Una de las dificultades entre madre e hija reside en que son del mismo sexo. En los primeros meses de vida, la madre debe poder proporcionar a su hija cuerpo, alma y corazón; a la vez, la madre debe mirarla, reconocerla, pero sin buscarse a ella misma en esta mirada, sin considerarla su reflejo.
La tentación de la confusión es muy fuerte si la madre no ha saldado sus cuentas con el pasado o si existen heridas emocionales no resueltas, puesto que tenderá a "mirarse" en su hija sin darle a ésta un lugar como una persona singular, diferente, y comenzará a proyectar en ella sus propias frustraciones y deseos.
Amar a la hija es aceptar poco a poco no continuar siendo un único cuerpo para ella, y dejar un lugar al padre o su sustituto. La actitud , las palabras y las acciones del padre o sustituto son lo que permitirán al bebé centrarse en otra cosa, en los demás, en el mundo.
Poco a poco, mientras la hija vaya creciendo, la madre debe ir haciéndole entender que son personas diferentes: por sus acciones, actividades personales, lucrativas o no, debe demostrar que no es sólo madre, que también existe fuera de esa función. En este sentido se trata de dos personas que deben vivir cada una su " deseo singular".
Si la madre sólo se siente realizada a través de la maternidad, la progenitora creará una dependencia y un sentimiento de culpabilidad en la hija si ésta empieza a mirar hacia otro lado para crecer.

Adolescencia

La adolescencia es un momento de metamorfosis y transformación fisiológica donde se despiertan y se comienzan a exteriorizar los posibles conflictos existentes. 
Uno de los posibles conflictos está relacionado con la competencia entre mujeres en cuanto a " lo femenino", aunque esas mujeres sean madre e hija. En este momento evolutivo es necesario que la madre acepte su edad sin rechazar el envejecimiento. Empezar a construir la diferenciación entre ambas es difícil si existe en la madre una voluntad de imitar a su hija en cuanto a la elección de su indumentaria, su manera de hablar, el ocio o sus modelos. 
Sería bueno revisar su historia y aceptar que el pasado es pasado, y es un buen momento para hacer un balance lúcido y honesto de las insatisfacciones personales sobre proyectos que no se han llevado a término o sus " deseos singulares" que vuelven a aparecer, y autorizarse a recuperar el movimiento en sí, la confianza en uno mismo y la pasión por la vida.

El hecho de existir como mujer anhelante es crucial para la construcción de la feminidad de su hija.

ENTRE UNA MADRE Y UNA HIJA NO ES RECOMENDABLE COMPARTIRLO Y CONFUNDIRLO TODO, SI NO, ¿CÓMO PODRÁ LA CHICA CONSTRUIR SU INTIMIDAD, SU AUTONOMÍA? 

Para acompañar de una forma adecuada lo que una madre debe aprender a comprender es que CRECER ES DIFERENCIARSE. 

En este sentido debe respetarse la intimidad, como, por ejemplo, el deseo de retirarse al dormitorio. Del mismo modo, sería adecuado que los primeros novios fueran aceptados sin ningún tipo de juicio o voluntad de orientación, ya que de lo contrario se interpretaría como una manera de controlar y de evitar que la niña crezca y se identifique con sus propios deseos.
La madre ha de aceptar no ser la única referencia, al contrario de lo que ocurría en la infancia. Es necesario tener el duelo por la niñita que su hija ya no es.

En cuanto a la hija, en ocasiones, diferenciarse de la madre implica romper con la madre,rebelándose, con grandes fracasos escolares, en exámenes o en otras cosas que no se deseaba hacer. Rebelarse forma parte de la evolución de la persona de la adolescente.

Las chicas deseosas de seguir su propia vida deben trabajar para evitar sentirse culpables. CRECER ES IR HACIA UNA MISMA, lo que no impide el afecto con su madre y compartir ciertas cosas de la vida, cada una conservando su vida y su intimidad

Raquel Ibáñez Ortego

Psicóloga

Grupo Crece



Bibliografía: Poncet- Bonissol, Y., " La relación madre-hija". Ediciones Obelisco, España 2014.

Imágenes: Gioia Albano
Regina Garialdi
Flor Méndez

El lenguaje de la responsabilidad en las relaciones de pareja

Las relaciones personales son tremendamente complejas. Los factores que influyen en ellas son demasiados  y muy sutiles por lo que, en ocasiones, lo que queremos decir, lo que decimos, y lo que el otro entiende  difieren,  dando lugar  a malos entendidos e incluso a conflictos. 

En el caso de la pareja la comunicación se ve influida  por concepciones  sociales, creencias inconscientes y  expectativas, que interactúan con los mensajes y  aumentan la complejidad del entendimiento.

Muchos de los problemas que surgen en los grupos de personas  y  en la pareja se deben a una dificultad de las personas  para detectar sus propias necesidades y hacerse responsables  de  expresarlas. Nos resulta más fácil  responsabilizar a los demás  de descubrir  lo que necesitamos y la manera en la que nos lo han de proporcionar.  Pero este acto que en un principio nos puede parecer útil para quitarnos peso de encima se  vuelve en nuestra contra,  creando relaciones dependientes cuando la persona es sensible a nuestra necesidad  y capaz de cubrirlas en todo momento y  produciéndonos frustración y conflictos cuando las personas no aciertan en lo que necesitamos.

La ausencia del lenguaje de la responsabilidad nos hace meternos en embrollos en los que nadie da lo que quiere ni recibe lo que necesita.

Pongamos como ejemplo a Pedra y Marino: Pedra tiene un mal día en el trabajo, llega a casa y Marino se preocupa mucho, le pregunta cada detalle de su día y le hace veinte propuestas de menús para la cena para que ella elija el que pueda alegrarla un poco. Todo este esfuerzo lo hace Marino pensando que es lo que Pedra necesita. Pedra sin embargo, estaba deseando llegar a su casa para desconectar del trabajo, ponerse una película con Marino y comer lo primero que pillase, está cansada de pensar.  Así que en la opción de menú número 21, y tras varias indirectas, Pedra le dice a Marino: “ay, déjame en paz, que me estas poniendo la cabeza como un bombo y es lo único que me queda”. Marino se llena de rabia porque ha hecho algo que no salía de él, forzándose, creyendo que era lo que el otro necesitaba y encima se encuentra con el reproche.

Otro ejemplo que nos encontramos demasiado a menudo es ese en el que Marino tiene un plan y Pedra quiere ir, pero espera que salga de Marino la petición. Marino cree que ese plan resulta aburrido para Pedra y decide no ofrecérselo para no ponerla en un compromiso, aunque le haría ilusión que le acompañase.  Al final Pedra se enfada por no haber ido y más aún porque Marino no se lo ha propuesto.

Instaurar el lenguaje de la responsabilidad en nuestro día a día es vital para simplificar y optimizar la comunicación. 

Este lenguaje nos hace relacionarnos desde la conciencia y la madurez, es empático, asertivo y, sobre todo, útil.

Hay varios aspectos básicos para comunicarnos desde la responsabilidad:

Conectar con nuestras necesidades.

Cada persona vive la realidad de una manera y necesita cosas diferentes en cada momento. No existe un manual en el que se exponga qué necesita una persona cuando tiene un mal día, cuando ha ido al médico, cuando tiene un conflicto con alguien… Por lo que no nos sirve hablar de “lo normal es que…” como en muchas ocasiones hacemos. Conocer nuestras necesidades en cada momento y aceptarlas es el primer paso para poder comunicarnos con responsabilidad. No podemos hacer responsable al otro de satisfacer una necesidad de la que nosotros no nos responsabilizamos.

Concretar cómo queremos que sea cubierta esa necesidad.

Necesitar ayuda es algo demasiado difuso y puede ser entendido de diferentes maneras, pero un abrazo, una charla, un consejo, que nos escuchen, o que cooperen con nosotros de una manera determinada es un mensaje directo y libre de interpretaciones.

Pensar quien nos puede proporcionar lo que necesitamos.

Cada persona de nuestro círculo nos nutre en algún sentido y nos aporta algo que nos ayuda, pero cada uno tiene su personalidad, sus habilidades y un límite. No hay una persona que nos pueda cubrir el 100% de nuestras necesidades, por lo que buscar y exigir eso solo nos hará relacionarnos desde la carencia de los demás y no desde sus capacidades. Si identificamos la manera de ayudarnos de cada una de las personas que nos rodean podremos valorarlos por ello y acudir a ellos cuando necesitemos eso que tan bien saben compartir.

Expresar nuestra necesidad desde la responsabilidad:

“me apetece hacer esto”, “necesito que me ayudes de esta manera si puedes”, “me siento así”, “tengo mucha ilusión por aquello”, “me vendría muy bien eso”.

Aceptar que igual que yo me hago responsable de mis necesidades y deseos, los demás también pueden tener las suyas.

Y pueden llegar a ser incompatibles en un momento dado. Eso no significa que no podamos encontrar la manera de confluir.

De esta manera, Pedra llegaría a casa y le diría a Marino: “He tenido un día horrible, me siento cansada y con la cabeza cargada, me vendría genial ver una peli y no complicarme mucho con la cena, ¿Qué te parece?”.

Rompamos con ese mito de que quien te quiere debe saber lo que necesitas en cada momento, dejemos de hablar en clave para no exponer nuestras necesidades, hagamos las cosas simples y disfrutemos de ver que las cosas funcionan mejor.

Sara Ferro Martínez

Psicóloga y coach

Grupo Crece

No te dejes manipular: Identifica a las personas manipuladoras

Todos ejercemos influencia en los demás o en nuestro entorno y, a su vez, somos influidos por los otros y las circunstancias. Es inevitable, somos seres sociales dependientes de los demás y vivimos en una sociedad muy compleja en la que es imposible tomar en cuenta y controlar todos los factores. En una gran parte de ocasiones esa influencia es positiva y bienintencionada. Por ejemplo, cuando educamos a los niños ejercemos una gran influencia sobre ellos, les moldeamos hacia valores que nos parecen los más sanos, les enseñamos lo bueno y lo malo y que las cosas tiene consecuencias. Intentamos ejercer una sana influencia, al igual que lo hacen nuestros maestros o mentores, nuestra pareja, nuestros amigos están llenos de buenas intenciones y de buenas influencias. Los niños también ejercen una influencia en nosotros y, muchas veces, "nos manipulan".  cuando lloran y les damos lo que quieren sin pensar si es correcto o no, si era lo que realmente necesitaban..., al verles llorar y llorar caemos en sus redes ya que no soportamos verles sufrir, pero ellos aprenden una estrategia magnífica para manipularnos el resto de las veces y así conseguir a través del chantaje emocional lo que ellos quieren en ese instante.Y desde ese momento serán manipuladores y chantajistas en potencia salvo que les conduzcamos a ser también buenos "influenciadores" en los demás y no caigamos en sus redes.

Existen también formas aceptadas socialmente donde uno puede "manipular". Por ejemplo la "mentira social". Todos entendemos que es sano mentir para no hacer daño "mentira piadosa" y que los niños o adolescentes ocultan cierta información o mienten en el proceso de construcción de su identidad, de adultos también mentimos para dar una imagen y quedar bien, sonreímos aunque no lo sintamos ("sonrisa social"). Es adaptativo generar buen rollo. Además permitimos y potenciamos las habilidades de persuasión y negociación necesarias en la educación, en el trabajo en equipo, en la venta de productos y servicios, en la solución de conflictos internacionales. La sociedad se sustenta también sobre ello.

Pero existe un lado oscuro en la manipulación muy dañino, que puede hundir psicológicamente a la persona que lo sufre. Y hay personas realmente expertas en el arte de manipular que pueden parecer inofensivas a simple vista, pero que son muy tóxicas y peligrosas. Hablaremos en términos genéricos, pero tanto ellos como ellas pueden ser grandes y perversos manipuladores.

En algunas ocasiones, estas personas no son conscientes de sus estrategias de chantaje, presión o manipulación, han aprendido a satisfacer sus necesidades más básicas e importantes de forma indirecta a través de la manipulación, no tiene intención de dañar pero no han aprendido a ser asertivas o han desarrollado una personalidad complicada, en algunos casos se trata de patologías clínicas. En otras ocasiones, el manipulador sabe lo que hace y disfruta teniendo la batuta de mando, en un extremos de estos personajes también hablaríamos de casos clínicos con algún tipo de patología psicológica.

Tanto a los primeros como a los segundos debemos pararles los pies para mantener nuestra autoestima a salvo, y generar relaciones sanas con los demás.

Los manipuladores se esconden detrás de muchas estrategias de comunicación que dominan a la perfección y que crean una falsa impresión en los demás o generan un desconcierto que nos dificulta actuar en el momento y defendernos. 

Algunas de ellas son:

1. Incoherencia entre el mensaje verbal y no verbal.

Son muy hábiles con la comunicación no verbal con lo que verbalmente nos dan un mensaje constructivo pero a nivel no verbal dan un mensaje opuesto, nos dicen sí pero con el cuerpo dicen no, esa ambigüedad nos deja desarmados hasta que conseguimos reaccionar.

2. Mensajes indirectos o ambígüos que no dicen nada pero que pueden significar todo.

Ante estos mensajes se despierta nuestra mente obsesiva y buscamos posibles interpretaciones, al final entramos en un bucle que nos provoca más inseguridad.

3. Ironías, sarcasmo, bromas...

Lanzan muchos mensajes hostiles o inapropiados disfrazándolo de broma, y ante las quejas apelan a que no tenemos sentido del humor.

4. Son expertos en el manejo de las emociones

Pueden mostrar mucho equilibrio emocional, hasta que un día se enfadan mucho, se indignan mucho, se muestran hundidos o preocupados. la tendencia es a darles credibilidad a esas emociones ya que habitualmente no aparecen, con lo que creemos que dichas emociones corresponden a sentimientos auténticos, así estas personas consiguen en ese momento lo que quieren.

A veces, el manipulador usa un registro emocional habitualmente: voy de triste  y dando pena, voy de víctima y culpabilizo a todos, voy de inseguro y me resuelven los problemas siempre, voy de hostil y genero miedo...

Otras veces, irradian emociones positivas y nos seducen, nos llenan de halagos, refuerzos, consideraciones, muestran su admiración hacia nosotros... eso nos encanta y nos acomodamos y confiamos con esa persona. en cualquier momento pasará al otro extremo emocional, nos despreciará, nos criticará de forma desmesurada y nos ignorará.

5. Generalizaciones y afirmaciones tajantes.

Hablan con tanta contundencia sobre como somos y lo que somos, "eres débil", "eres despreocupada", "nunca llegarás a medrar en esta empresa", que nos dejan sin palabras y con el miedo en el cuerpo.

6. Nos exigen por encima de lo humanamente razonable

Si somos personas que nos gusta hacer las cosas bien, valoramos el esfuerzo... siempre nos sentiremos de menos.

7. Nos ocultan información

Así provocan que nos sintamos como perdidos o fuera de lugar o menos importantes.

8. Provocan rumorología y difamaciones sobre los demás

De manera tan sutil a veces, que ellos no son los protagonistas de las difamaciones pero sí los que lanzaron el primer dardo. 

9. En su vocabulario, de manera sutil o directa suele estar presente la amenaza y la coacción

Si tu no haces lo que yo quiero.... no tendrás lo que necesitas.

10. Y ya para rematar, multiplican el efecto de la manipulación si utilizan estas estrategias delante de más personas.

Ser manipulado delante de otros, implica que los presentes van a caer también en la influencia del manipulador creando una sensación negativa sobre la persona objeto de la manipulación y provocando a largo plazo rechazos, falta de apoyo, etc.

Veremos ahora en detalle algunas situaciones de manipulación y chantaje:

1. La manipulación del control: yo hago lo que tú dices, lo que tú quieres... y casi ni me entero

Este tipo de manipulador/a es alguien muy controlador, las cosas deben ser a su manera y además le gusta tener adeptos, pupilos que no le pongan pegas a nada, se rodea personas que le admiran y nunca le pondrán en tela de juicio sus decisiones. Es posible que este pupilo esté sobre explotado pero lo hace "por la causa", sea la que sea y hace de esa causa algo suyo por encima de sus necesidades reales.

2. La manipulación del amor: la tiranía de las reglas del cariño y del amor

Esta persona manipuladora nos quiere, nos lo hace saber de mil maneras, pero detrás de ese amor está su necesidad de dañar para conseguir sus objetivos o satisfacer sus necesidades. A veces, es muy inconsciente pero genera daños muy grandes, ya que la personas que te manipula forma parte de tu red de apego y de relaciones seguras.

Pongamos algunos ejemplos:

Nuestra mejor amiga que al final se lleva el puesto de trabajo porque ha sabido sacarnos la información necesaria y se ha presentado ella primero a la entrevista ocutándonoslo.

Obligamos a nuestra pareja a apuntarse a un curso de baile sabiendo que no le gusta nada pero es una condición imprescindible para no sacar más el tema de la ex, que tantas discusiones provoca.

Una madre cuyo discurso habitual es "yo lo doy todo por mis hijos y quiero que sean felices" que se siente incómoda con que uno de sus hijos no haga lo que ella considera adecuado y busca momentos clave para hacerle críticas desajustadas o hacerle sentir mal hijo.

"Quién te querrá sino yo"... con este mensaje nos vemos avocados a hacer lo que el otro quiere por miedo al abandono.

3. La manipulación del victimismo: te obligo a hacerte cargo de mí aunque yo no lo necesite de verdad

Se trata de personas que tienen dificultad para hacerse responsables de su vida y ser autónomas, entonces buscan parásitos en los que anidar y que les resuelvan todo. Suelen utilizar también las reglas del cariño y ser muy afectivos, amorosos, buenos amigos, buenos padres, buenas parejas. El mensaje velado es: "con todo lo que yo te doy, lo maja/o que soy...deberías hacerte cargo de mi problema y ayudarme".

4. La manipulación que no ves venir: "me la dio con queso" 

Son personas que se parecen a Dr. Jekyll y Mr. Hyde, la primera fase de la relación, que puede durar desde días a unos meses o incluso años es maravillosa, todo fluye, hasta que la persona manipuladora empieza a mostrar sus auténticas intenciones. Este tipo de manipuladores sí son conscientes de la situación.

Por ejemplo: 

Alguien comienza una relación con otra persona que tiene, exito, dinero... Después de asentar la relación con algún hijo, o con alguna propiedad a su nombre, etc. La persona manipuladora rompe la relación añadiendo que nunca hubo amor, y lanzando comentarios destructivos hacia la pobre víctima del engaño para parecer víctima ella misma.

Puede ocurrirnos con la pareja, los amigos, socios de una empresa, compañeros de trabajo... y todo ello suele estar motivado por ambiciones e intereses personales y egoístas, quizá a veces, también por envidias, venganzas, rencores...

5. La manipulación a través de la seducción: te puse en el pedestal para confundir tu realidad

Son personas zalameras, con carisma, seductoras, siempre tienen una palabra amable, te hacen sentir especial, divertido, único, inteligente... todas las cualidades que tú valoras. Una vez que te tiene en sus redes pueden empezar a hundirte hasta que toques el fango. En muchas ocasiones juegan de manera intermitente, por un lado te aprecian y te valoran muchísimo, por otro lado te humillan, te rechazan, te infravaloran, te ningunean, te critican...

A veces este juego es inofensivo con personas zalameras y seductoras que nunca se van a aprovechar de nuestros sentimientos aunque sabemos que a ellas no les podremos decir no.

6. La manipulación a través del poder:  “Juegos de poder y de miedo”

Nuestra sociedad es jerárquica en muchas de sus estructuras, unos tiene mucho, otros tiene poco y mucho que perder si lo pierden. en este contexto juega un papel esencial "La ley del más fuerte" que tiene siempre las de ganar.

Por ejemplo:

Nuestro jefe puede obligarme a hacer horas extras por miedo a perder el ascenso que me permitiría poder tener otro hijo.

Nuestro compañero sabe más del tema y tiene más experiencia así que toma todo el protagonismo y yo quedo como un cero a la izquierda.

En la familia siempre se hace lo que quiere Fulanito, no se discute, siempre es el elegido.

7. Traspaso de responsabilidad y control: "yo nunca tengo la culpa, es tuya"

Hay personas expertas en barrer para afuera, nunca es responsabilidad de ellas, nunca lo hacen mal, nunca se equivocan pero siempre hay cabezas de turco o excusas que se llevan el muerto.

8. Manipulación contra la autoestima: destacar el “error” o la “debilidad”

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Estos manipuladores siempre hacen notar la debilidad o el error de otros aprovechando pillarles en un momento bajo, de mayor vulnerabilidad  inseguridad. como lo hacen usando un lenguaje sutil y ambígüo es difícil defenderse de la crítica y autoafirmarse con lo que nos vamos hundiendo progresibamente y bajando nuestra sensación de valía y control personal.

9. La manipulación a través de la humillación: todos lo han visto y oído

Similar al punto anterior, en el que el manipulador destaca el error o la debilidad, en este caso se hace en público.

Puede tratarse de un ligero comentario ambígüo o generalista en tono de ironía, que ante la respuesta ofendida o autoafirmativa del manipulado, se le tacha de poco sentido del humor o de no recibir bien las críticas... el manipulador es tan hábil que generará tensión en el manipulado mientras que romperá el hielo con el grupo y así quien queda señalado es el manipulado y no el manipulador, que al fin y al cabo ha dado sólo una opinión o ha hecho una inofensiva broma.

Puede tratarse de una presión más intensa, ridiculizando a la persona en público, humillándola, dejándola en evidencia, a veces incluso puede falsear pruebas y mostrarlas en público para hundir al contrincante.

Ninguneos, desprecios, exclusiones... que van calando sutilmente en el grupo, o que este por miedo a represalias prefiere callar.

Desde aquí se formaja el mobbing o bullyng, formas de manipulación y acoso en las que se implica el silencia y la falta de apoyo del grupo de referencia.

10. Amenaza de pérdida o daño: "ya no me querrás, me abandonarás, me harás daño, me pegarás, me matarás, me despedirás, me difamarás..."

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Es una manipulación que es en sí misma un maltrato y conlleva mucha agresividad que puede ser física, verbal o una agresividad soterrada que no se ve ni oye pero se respira. Se basa en el miedo del manipulado ante la pérdida de ciertas circunstancias si no cede a las necesidades del manipulador.

Aquí caben las agresiones físicas y sexuales que nos manipulan a través del miedo, las amenazas de todo tipo, las coacciones, aprovechar el estatus de poder para explotar a los demás, las vejaciones y humillaciones...

Pero también caben manipulaciones más difuminadas en las que un día te elevo en un pedestal y otro, de repente te bajo a los infiernos, provocan un caos psicológico de indefensión y de no saber qué hacer ya para resolver los problemas, conseguir el afecto del otro, encontrar una salida... que acaba reproduciendo reacciones de indefensión aprendida y hundiendo al manipulado que deja de defenderse.

11. La manipulación del ninguneo: no te saludo, no te miro, no te informo... ¡estás fuera!

En este caso, si obviamos la parte más agresiva, de humillaciones, críticas, etc, y nos centramos sólo en la manipulación de la exclusión y del ninguneo, estaríamos en este caso de manipulación qeu aquí describimos. Somos individuos sociales y necesitamos sentirnos integrados, quien nos deja fuera, nos hace sentir invisibles y cada persona necesita su dosis de pertenencia y protagonismo.

Es una manipulación que podemos hacer para evitar que alguien se meta en mi camino y entorpezca mis objetivos. 

Por ejemplo: 

No le voy a presentar a mi jefa a mi compañera, voy a pasar de ella, no vaya a ser que ascienda antes que yo.

Es un rival sexual para mí, le voy a ignorar así se sentirá incómodo y los ojos de mi chico serán sólo para mí.

12. La manipulación racional: lo digo tantas veces y tan bien que te lo crees

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El manipulador se apoya en esto de si digo una mentira muchas veces y con total seguridad y contundencia, al final parecerá una verdad. tenemos ejemplos de muchos personajes públicos que nos engañan continuamente y creemos en ellos, y aunque siempre se pilla al mentiroso, puede ser ya tarde para reaccionar.

Vendedores fraudulentos que venden humo, profesionales que ofrecen servicios que ofrecen soluciones mágicas a problemas serios para la gente.

Ese/a jefe/a que con su dialéctica nadie le rechista y parece hasta que tiene razón. Ese amigo, mi pareja, alguno de mis familiares... apelando a las reglas de la lógica verbal y manejando una comunicación no verbal impecable, nos manipulan para salirse con la suya sea cual sea su objetivo.

¿Todos conocemos a alguien así, verdad?

13. La manipulación por emociones desajustadas

Si ante una situación determinada una personas reacciona con una emoción desproporcionada (enfado, alegría, tristeza, miedo...), podrá ser que esta personas no tuviese habilidades de gestión emociona suficientes y se sobre estimule en ciertos momentos.

Podría ser también, que esta personas hiciese un teatro para provocar un efecto en los demás, el natural ante la expresión de una emoción intensa.

Tristeza y llanto me puede llevar a conseguir que me cuiden o me hagan caso.

Agresividad y hostilidad, me permiten colarme en una cola, salirme con la mia...

Miedo terrible o pánico hace que esta personas no afronte una responsabilidad y quizá otros la afronten por ella.

Etc.

 

 

 

 

14. La manipulación para eliminar las emociones: reproches “contra natura”

Pero las emociones no siempre son desajustadas o no siempre son engañosas, un manipulador puede utilizar la expresión de emociones y sentimientos genuina y necesaria de una persona para atacarla y manipularla, impidiendo que esta persona pueda expresarse en libertad y satisfacer sus necesidades de liberación emocional o de autoafirmación. A largo plazo provoca personas anuladas y con la autoestima muy baja.

Ante esto, ¿Qué podemos hacer para defendernos de los chantajes, manipulaciones y presiones de este tipo?

Lo primero y más importante identificarlo.

En un siguiente poste analizaremos las maneras de librarnos de los manipuladores y las herramientas con las que podemos contar para ello.

Raquel López Vergara

Psicóloga y coach

Grupo Crece

 

 

 

Expresarse para subir la autoestima y ganar en autoconfianza

La expresión es muy importante a la hora de definir nuestro autoconcepto. Tener libertad para expresarnos en público, mostrarnos ante los demás tal y como somos, soltar los lastres de la excesiva timidez y mostrar nuestro cuerpo, nuestro rostro, nuestra voz y nuestras palabras nos abren la puerta a desarrollar un autoconcepto más definido, más complejo y completo y ganar en seguridad personal y autoconfianza.

Algunos signos de que necesitaríamos un empujoncito en este sentido son:

  • Dificultades de ser el centro de atención, por ejemplo en una situación de hablar en público o de dar mi opinión.

  • Tendencia a hablar bajo, a no soltar toda la potencia de voz que tenemos o podemos llegar a tener.

  • Tendencia a ocultarse detrás de la palabra, restringirse en la expresividad corporal.

  • Tendencia a expresarse en lo verbal en un plano más abstracto e impersonal.

  • Tendencia a contener nuestro lado espontáneo o nuestro lado más desinhibido o no haberlo descubierto aún.

En los seres humanos antes del desarrollo completo de lo lingüístico se produce una explosión en el desarrollo psicomotor, que nos permite controlar nuestro cuerpo. Obtener el control de nuestro cuerpo es fundamental a la hora de desarrollar más autoestima. Poco a poco ese desarrollo de la palabra unido al desarrollo del cuerpo nos ayudan a conocernos y a mostrar lo que somos a los demás, y esa integración nos aporta una seguridad en nosotros mismos más compleja y completa.

En los niños pequeños es importante potenciar la expresividad a través de todos estos canales: cuerpo, gesto, voz y palabra para sentar unas buenas bases. Siempre adaptándose al niño, si al niño no le gustan los deportes como el fútbol, puede que le guste bailar o las artes marciales, si hay oportunidad de permitirle expresarse sin avergonzarle o corregirle debemos aprovecharlo.

De adultos hay muchas cosas que podemos hacer para potenciar nuestra capacidad expresiva y mostrarnos genuinos en nuestros gestos. actividades artísticas como bailar, cantar, hacer teatro... o actividades más guiadas y orientadas a nuestras dificultades concretas pueden ser de gran ayuda.

 

Raquel López Vergara

Psicóloga y facilitadora de grupos de danzaterapia

Grupo Crece

 

La esencia de lo que somos

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Vamos a hacer un juego, pensemos por un momento 5 tipos de prendas de vestir diferentes. Ahora pensemos 5 cosas que nos defina como persona. Si tú velocidad a la hora de contestar ambas preguntas ha sido la misma ¡Enhorabuena! Sin embargo lo más común, a la vez qué llamativo, es qué nos cueste menos enumerar cosas externas y tengamos menos presentes  cosas tan básicas como nuestra esencia,  lo que nos define como persona.

Esta prueba obtiene diferentes resultados en función de la cultura en la que se realice.

En una cultura como la nuestra, en la que el culto a lo externo está presente en muchos aspectos de nuestro día a día, cada vez nos olvidamos  más de prestar atención a lo que somos y a lo que necesitamos.

Nuestra atención está más centrada en conseguir, en lograr, en obtener, siempre mirando hacia adelante y centrándonos en lo que nos falta. Esta actitud es muy demandante de recursos, nos hace estar siempre alerta, analizando las opciones desde lo racional e impidiéndonos tenernos en cuenta, mirar nuestros valores, nuestros recursos y las fuerzas con las que contamos.

Esta desconexión se traduce en varias consecuencias:

-         Dificultad para establecernos objetivos y mantenernos firmes en ellos.

-         Una mayor dificultad para lograr nuestros objetivos al no estar teniendo en cuenta nuestros recursos.

-         Conseguir nuestros objetivos pero no sentirnos realizados, al habernos planteado objetivos que socialmente pueden ser positivos pero que no están en línea con nuestros valores y nuestra esencia.

-         Conseguir nuestros objetivos a costa de poner en peligro nuestra salud, nuestros hobbies o nuestras relaciones sociales. Buscando avanzar desde lo racional, dejando a un lado nuestras necesidades, nuestras emociones, nuestras fuerzas, nuestros espacios…, nos dificultará valorar nuestro logro en positivo. 

¿Por qué es importante estar conectados con lo que somos y tenerlo presente en cada momento de nuestra vida?

-         Nos permite acotar los caminos a aquellos en los que nos sentimos libres para desarrollarnos y para desplegar nuestro potencial.

-         Nos hace sentirnos seguros en cada paso que damos y valorar cada movimiento de manera positiva.

-         Nos permite cuidarnos y amoldar los ritmos a nuestras necesidades, aumentando nuestro rendimiento.

-         Sentiremos que tenemos el control de nuestras decisiones y eso nos dará fuerza y nos hará ser optimistas.

-         Tener presente nuestra esencia y enfocarnos en ella nos hará descubrir cosas nuevas de nosotros en cada situación, enriqueciendo nuestro autoconcepto y nuestra autoestima.

-         Si no conseguimos llegar a nuestras metas, pensar que el camino lo hicimos a nuestra  manera nos protegerá de reproches y sentimientos de culpa.

Os proponemos que analicéis vuestros objetivos actuales y os preguntéis:

¿Es esto lo que quiero o siento que me lo imponen?
¿Cuáles son los rasgos de mi personalidad que conectan con este objetivo?
¿Qué recursos  personales me van a ayudar?
¿Qué prioridades no quiero olvidar en el recorrido?

Sara Ferro Martínez

Psicóloga

Grupo Crece

El perro, un fiel amigo del desarrollo personal y la salud

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Si bien es cierto que muchos animales domésticos pueden favorecer la salud y el bienestar humanos, este artículo se centrará en el perro por ser, científicamente, el que abarca mayor número de beneficios y, personalmente, por poder estar experimentando estos beneficios diariamente. 

Os resumo algunos de los principales beneficios:

Desarrollo de nuestra asertividad: aprende a decir NO 

Los perros nos pueden ayudar a aprender a ser más asertivos, por ejemplo a decir no con más facilidad.

La primera vez que conocí a mi perro, éste tenía 6 meses. Aunque él estaba bastante educado, aún faltaban algunas cosas por enseñarle y, sobre todo, otras muchas me faltaban a mi por aprender. Enseñarle a que respetara mi NO fue mi primer gran reto. No vale cualquier NO, no es un NO que se grita o se dice con descontrol, es un NO que se dice con seriedad, firmeza y seguridad, adjetivos que se deben mostrar especialmente a través de nuestra comunicación no verbal. 

Aunque no se dice el mismo NO al perro que al humano, cuando uno aprende a escucharse a sí mismo hablando de forma firme y segura, dándose un lugar, y por tanto una valía, sorteando chantajes emocionales y haciendo coherente su comunicación verbal con la no verbal...decir NO a un otro humano se hace algo más sencillo.

Favorece la aparición de estados anímicos positivos

Los tediosos despertares matutinos o incluso los más tristes se tiñen de alegría tras escuchar unos coletazos de felicidad y una tripa sonrosada que te espera para que la acaricies.
 

Asumir el cuidado de un perro requiere una rutina y eso implica siempre estar algo más activo, y donde hay movimiento hay vida. Las ocurrencias de los perros y su espontaneidad bien sabrán sacarnos una gran sonrisa. Al sonreír , aunque no sea de forma genuina , el cerebro también recibe esa información de los músculos. Entiende que estás sonriendo y que por lo tanto hay algo que debe estar poniéndote contento, así que para ser congruente, su estado emocional empieza a cambiar hacia el optimismo.

El amor dado y recibido también ayudan a ser más positivo. Parece que el acto de mirar a tu mascota aumenta la cantidad de oxitocina, la sustancia química que hace que tu cerebro se sienta bien.

Hay estudios que demuestran que los propietarios de animales de compañía, en especial perros, son más felices y menos tendentes a la depresión y la ansiedad.
http://fyiliving.com/mental-health/depression/depression-licked-away-dog-owners-are-happier/
 

Mejora nuestra salud física

Los paseos diarios que requiere un perro permiten cumplir con los 30 minutos recomendados de ejercicio al día. Además, los paseos pueden convertirse en un momento de desconexión tras un duro día de trabajo, o de paréntesis para recoger fuerzas y continuar con la labor. 

Según ciertas investigaciones llevadas a cabo por la Asociación Americana del Corazón, es probable que tener perro reduzca la aparición de enfermedades del corazón. 

http://well.blogs.nytimes.com/2013/05/09/heart-association-weighs-in-on-pets/?_php=true&_type=blogs&_r=0 

El motivo no es únicamente el de realizar ejercicio físico gracias a los paseos, sino que el hecho de acariciar a un perro reduce la frecuencia cardíaca y la presión arterial.

Parece ser, también, que crecer en una casa junto a un perro hace que los niños sean menos propensos a desarrollar alergias en el transcurso de sus vidas.
http://www.telegraph.co.uk/health/healthnews/8032594/Pet-dogs-reduce-allergies-in-children-but-cats-increase-them.html
 

Aumenta el desarrollo de contactos sociales

La mayoría de los estudios realizados por la Dra. June McNicholas, una psicóloga de la salud que se ha especializado en la investigación de los efectos en la salud de tener una mascota, concluyen, que una razón importante para la mejora de la salud de los dueños de perros no era sólo el ejercicio realizado al pasear, sino también la oportunidad para el contacto social con otros dueños de perros.
Cuando en los entrenamientos en habilidades sociales se enseña a iniciar conversaciones, una de las directrices o modos más usuales que se recomiendan es la hacer una pregunta o comentario sobre la situación común. Hablar de el perro puede dar lugar a una bonita amistad...

Permite focalizar en lo positivo en vez de en lo negativo

Si se realiza un entrenamiento en positivo, estaremos más pendientes de las conductas de nuestro perro que consideramos " deseables" y que deben reforzarse con un premio, en vez de a las " no deseables".


Con las parejas, los hijos, los otros en general, tendemos a fijarnos en lo negativo, lo que hacen mal, lo que no nos dan...y a castigarlo. Tendemos a considerar " lo deseable" como lo normal y, por ende, a no considerar que supone también un esfuerzo a tener en cuenta.

Cambiar el foco a veces es complicado, pero el que busca encuentra, y si buscamos lo positivo en el otro lo encontraremos...y si no lo encontramos, tendremos que tomar una decisión, pero eso es ya otro capítulo...

Reducción del sentimiento de soledad o aislamiento

Aunque aprender a estar con uno mismo es muy positivo,hay ciertos momentos o determinadas circunstancias que hacen que la compañía sea necesaria y, a veces, difícil de conseguir. 

Por muchas de las cosas dichas anteriormente ( salir a pasear, contactos con otros, estados positivos, etc.) ese estado angustioso de soledad es más llevadero, pero además, y a pesar de que una mirada fija y unas orejas hacia delante no significa que nos entiendan, el hecho de hablar a nuestro perro es beneficioso para poder poner en palabras nuestros pensamientos y emociones y poner cierto orden en nuestra confusión. Con esto no digo que debamos renunciar a los demás, sino que un perro puede ser un gran apoyo en momentos complicados.
También en este sentido, la compañía que un perro le puede ofrecer a una persona mayor es altamente beneficiosa. Además , el hecho de sentirse " útil" y cuidar a alguien favorece también su autoestima. 

Aumento en la autoestima, en el sentido de responsabilidad y competencia en los niños mayores

Responsabilizarse del cuidado del perro no sólo crea una sensación de utilidad y motivación en el niño, sino que además le permite desarrollar habilidades que puede extrapolar al mundo de sus semejantes. Se vuelven más cooperativos y participativos, desarrollan su capacidad de empatía al ponerse en el lugar del perro, aprenden a cuidar los vínculos con los otros, etc. 

Terapia asistida con animales

No voy a detenerme en la cantidad de intervenciones terapéuticas en las que puede participar un perro. Los perros ( y otros animales) forman parte de tratamientos y terapias para pacientes de todas las edades, con enfermedades que los debilitan y los afectan en el plano social, emocional y cognitivo. A día de hoy la terapia con animales está en auge ya que el número de investigaciones que constatan los múltiples efectos beneficiosos del vínculo entre el ser humano y los animales es cada vez más numeroso. 

Aumento del respeto de los seres vivos

Compartir tu vida y crear un vínculo con un animal puede hacer que la relación con el resto de seres vivos adquiera un significado especial. 

En mi caso personal, desde que tengo perro, ha surgido en mi un respeto profundo en especial hacia los animales mamíferos, en cuya mirada, forma física, movimientos y comportamientos descubro lo imponente de la naturaleza, y siempre encuentro en ellos algo de la esencia de Pancho, mi querido compañero.

Estos son algunos de los beneficios que pueden desarrollarse al tener perro, si la relación con éste es sana, equilibrada, de respeto y amorosa. Seguramente, en cada caso particular, aparecerán otros tantos que estaremos encantados de leer si queréis compartir vuestras experiencias de desarrollo personal al lado de vuestro compañero.

 

Raquel Ibáñez Ortego

Psicóloga

Grupo Crece

 

El duelo en los niños/as

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La perdida es una de las experiencias vitales que más dolor causa al ser humano. La sensación de angustia al sentir que algo amado ya no esta a nuestro alcance es algo que experimentamos desde nuestros primeros meses de vida, cuando no hemos adquirido la permanencia del objeto, capacidad que nos permite ser conscientes de que, aunque no estén a nuestra vista, las
cosas siguen existiendo.

El proceso de adaptación a la pérdida se conoce como duelo. Muchas veces nos referimos al duelo como el periodo emocional que sucede a una muerte de un ser querido, sin embargo, experienciamos tantos tipos de  duelos como tipos de pérdidas en nuestra vida: la pérdida de trabajo, el fin de una relación o tener que emigrar a otro país son experiencias vitales que conllevan un duelo. Cada duelo es, por lo tanto, una experiencia diferente, con una manifestación, intensidad y una duración particular.

Y si las pérdidas están presentes a lo largo de toda nuestra historia, también lo estarán los duelos, aunque la conciencia de que los niños puedan sufrir procesos de duelo es poco extendida aún hoy en día: tendemos a pensar que los niños se olvidan pronto de las cosas, que no se dan cuenta de lo que sucede o que superan las cosas con más facilidad. También buscamos protegerles del dolor ocultando las pérdidas o minimizándolas. 


Lo cierto es que los niños perciben la perdida y el sufrimiento que conlleva, aunque es posible que la expresión de su dolor sea diferente a la de los adultos: 

  • Los niños tienen más dificultad para diferenciar entre la tristeza y el enfado. Además, al ser esta última una emoción que conlleva conductas más llamativas, los niños suelen elegirla como medio de expresión de su malestar.

  • Pueden experimentar conductas regresivas, como descontrol de esfínteres o pérdida de habilidades adquiridas.

  • Los niños pueden aislarse si no comprenden su malestar y se ven incapaces de comunicarlo.

  • Pueden jugar a juegos en los que la muerte este mas presente de lo habitual.

  • Los dibujos son un medio por el que los niños expresan sus emociones, por lo que los cambios en el universo emocional de los pequeños se harán presentes en él.


Como podemos ayudar a los niños a gestionar sus duelos?:

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  • Hablar claramente de la perdida, explicarle lo ocurrido para evitar sentimientos de culpa.

  • Proteger a los niños desde la comprensión y la legitimación de sus emociones. Si les ocultamos y negamos la perdida se sentirán confusos y no sabrán a quien acudir.

  • No hacer de la perdida un tabú: compartir y escuchar, legitimar el derecho del niño a sentir.

  • Comprender los sucesos de la infancia que pueden suponer duelos para los niños: la pérdida de un muñeco importante para ellos, no ser aceptados en el cole, separarse de un amigo, que mamá o papá amplíen su horario de trabajo o el nacimiento de un hermano son sucesos que los niños pueden vivir con gran impacto emocional, aunque desde la perspectiva adulta puedan tener otro significado.

  • Proponer a los niños rituales que les ayuden a superar el duelo o a hacerlo menos doloroso: enviar un globo al cielo con un mensaje para la abuela o el abuelo, hacer una fiesta de despedida antes de cambiarles de colegio y que los amiguitos escriban en un libro mensajes de ánimo... Los rituales de despedida son de gran importancia en todo proceso de duelo ya que nos preparan para afrontar la nueva situación.


En los niños, como en los adultos, la expresión de las emociones y pensamientos negativos, así como sentirse apoyados y queridos, aún en sus momentos más bajos, son la base que necesitan en su proceso de duelo.

Sara Ferro Martínez

Psicóloga y coach

Grupo Crece


Pensamientos que hacen daño. Parte III: Hoy... Magnificando lo negativo y minimizando lo positivo

En los anteriores artículos sobre pensamientos comentábamos varios tipos de de distorsiones en nuestra mente que pueden minar nuestra autoestima e influir en el estado de ánimo. Hablábamos de los extremos de pensamiento (todo o nada) que nos conducían a vivir nuestras experiencias en polos extremos, sin vislumbrar términos medios y por tanto condenando a nuestra mente a una rigidez mental que nos dañaba y posteriormente también vimos como otros pensamientos distorsionados eran los adivinos del pensamiento y las predicciones catastróficas (cuando creemos adivinar lo que va a suceder como si fuésemos hechiceros o pensamos que somos capaces de leer la mente de los demás).

Hoy hablaremos de un tercer tipo de pensamientos muy usuales cuando nuestro ánimo está muy decaído, hemos tenido un mal día o pasamos por una mala racha. Las magnificaciones y minimizaciones.


Si bien es cierto que todos los pensamientos anteriores al final pueden coincidir y parecerse en muchos aspectos, lo que diferencia a las magnificaciones y minimizaciones del resto de pensamientos es lo siguiente: todos los acontecimientos positivos de nuestro día, nuestra percepción de éxitos futuros, el reconocimiento de logros o méritos propios... los acabamos percibiendo con un foco muy pequeño, como si se tratase de una linterna del tamaño de un llavero, y entonces, emitimos frases del tipo "no es para tanto", "he tenido suerte", "cuando pase la próxima vez seguro que no lo hago tan bien", "no he tenido tanto mérito", "era demasiado fácil", "he tenido días mejores", "podría haber sido peor"...

Todos estos ejemplos indican lo que los psicólogos denominamos "locus de control externo para el éxito" que no es más que explicar que las personas atribuyen sus éxitos a factores externos ajenos a ellos mismos. En este caso, estaríamos minimizando lo positivo sin ser justos con nosotros mismos, valorando todo lo que nos acontece de una forma poco objetiva.


Sin embargo, y lamentablemente, en ocasiones, nos comportamos justamente al contrario con todos nuestros pensamientos, sucesos, anticipaciones futuras o recuerdos negativos. En este caso, nuestro "locus de control" que hablábamos anteriormente pasa a ser interno. Las mismas situaciones de éxito que atribuíamos anteriormente a la suerte o factores externos, ahora que son de fracaso, las atribuimos a nuestra valía personal y herimos nuestra autoestima de una forma completamente injusta. Además de ello cambiamos la pequeña linternita de llavero por un enorme foco luminoso que nos muestra todo lo negativo y lo hace más grande y visible. Esta es la magnificación del fracaso de la que hablábamos. Ejemplos de este tipo serían los típicos "el fracaso se ha debido a mi incapacidad", "todo el día de hoy ha sido un verdadero desastre", "no he hecho nada bien", "en el futuro seguiré siendo el mismo inútil porque soy incapaz de aprender"...


¿Qué podemos hacer para que no puedan con nosotros?

A continuación vamos a ver algunas estrategias o soluciones que podemos poner:

1) Como en los otros ejemplos, la detección de los pensamientos a modo de alarma mental sigue siendo importantísima. Esa pequeña sirena mental que nos diga PIIIII PIIIIIII PIIIIIIIIIIII ESTÁS MACHACÁNDOTE EN EXCESO Y HAY COSAS QUE NO PUEDES CONTROLAR, ¡¡NO SEAS TAN CRUEL!! y también sea capaz de indicar PIIIIIIIII PIIIIIIII PIIIIIIIIIIIIII LO QUE HAS HECHO HA TENIDO MÉRITO Y TAMBIEN ES FRUTO DE TU TRABAJO, EXPERIENCIA Y CUALIDADES ÚNICAS, ¡¡¡ RECONÓCETELO CABEZOTA!!!.

2) Introducir pensamientos positivos a modo de autoinstrucciones es una gran ayuda a la hora de vencer pensamientos de este tipo y en general de todas las distorsiones. Algunos ejemplos pueden ser los siguientes:

- A veces puedo equivocarme, pero soy una persona valiosa y lo he demostrado otras veces.

- La suerte influye en mis éxitos, pero también cuando pintan malas.

- Es lógico que me sienta triste o con rabia, decepcionado o apenado por las cosas que vienen sucediendo, aún así esto también es así porque me estoy focalizando mucho en ello y no estoy observando las cosas buenas que también han sucedido.

No obstante, el mejor ejemplo y la mejor autoinstrucción es la que la propia persona es capaz de generarse con sus propias palabras, pues tiene una cualidad extra de veracidad y autenticidad. No lo dudéis.

3) Además de ser muy importante para magnificaciones o minimizaciones, lo es para pensamientos polarizados. Hablamos de una escala de autenticidad. A través de ella podemos calibrar de una forma más justa lo positivo y lo negativo hacia nosotros y la mala suerte. Un ejemplo sería el siguiente:

- Dices que hoy en tu trabajo/ con tu hijo... has sido un absoluto desastre... ¿de 0 a 10, cuanto crees que ha sido culpa tuya y cuanto crees que lo ha sido por causas ajenas a ti?. Justifícamelo.

- ¿Cuántas cosas más además de tu inutilidad explican lo que ha sucedido hoy? ¿De verdad es todo achacable a poca capacidad por tu parte?.

- Dices que todo ha sido horrible y desagradable hoy y que en el futuro seguirá siendo así. ¿Podrías indicar de 0 a 10 lo horrible que fueron cada una de las cosas que sucedieron?, ¿has podido encontrar cosas buenas?, ¿cuán positivas fueron?

Siguiente post de pensamientos aquí

Las emociones que inundan y se escapan de las manos

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Estamos acostumbrados a que emociones que son tan humanas y necesarias como la tristeza, el miedo o el enfado, sean aplacadas, cuando somos niños, por el amor de nuestros padres en su deseo de vernos sufrir lo menos posible, quizás también por su dificultad en manejar la propia culpa y las emociones adversas que genera ver a un hijo pasarlo mal. 

Ese envoltorio anti- sufrimiento nos permite tener una " idílica" etapa infantil, pero cuando la realidad lo rasga, lo que ocurrirá más tarde o más temprano, nos invaden de forma súbita emociones y sentimientos que nos desbordan, nos crean mucho sufrimiento y, en ocasiones, nos abocan a la realización de actos impulsivos que, más tarde o más temprano, harán daño a los demás, nos harán daño a nosotros mismos, darán paso a la culpabilidad y otras emociones complicadas que no sabremos controlar...y vuelta a empezar!

 

Y es que, muchas veces, convivir pacíficamente con esas emociones devastadoras no está registrado en nuestra historia. No sabemos cómo hacerlo, no nos enseñaron... De la misma forma, cuando somos adultos y aparecen de nuevo y nuestros padres poco pueden hacer, deseamos fervientemente eliminarlas de nuestra vida, apartarlas sin miramientos. Muchos de nuestros intentos por solucionar tal malestar no harán sino " fertilizarlo", hacerlo más intenso y vigoroso.

Aunque haya pasado el tiempo y transformar nuestra forma de recibir y reaccionar sea más complicado, ello no significa que sea imposible, simplemente necesitaremos de mayor paciencia, constancia y motivación.

¿ Cómo hacer para manejar nuestra tormenta emocional?

1. Lo primero de todo es aceptar que esas emociones están y van a estar, es decir, que han surgido por algún motivo y nos recuerdan que hay algo que no está bien y hay que revisar.

El primer paso para aceptarlas es conocerlas, tener información sobre ellas, puesto que lo conocido nos produce menos miedo. Se considera que intrínsecas al ser humano son las emociones de la alegría, el miedo, el asco, el enfado y la tristeza. Esto significa que estas emociones han tenido y tienen una función importante en nuestra supervivencia tanto a nivel filo como ontogenético. Gracias a ellas estamos aquí ( os remito a los artículos de este mismo blog que tratan sobre la funcionalidad de diferentes emociones).sobre la funcionalidad de diferentes emociones).
 

  • Hay que darles un lugar, no intentar eliminarlas o huir de ellas. Funcionan como arenas movedizas, cuando más esfuerzos hagamos por liberarnos de ellas, más nos atraparán. Debemos pararnos, darnos un espacio y un tiempo, prestarlas atención, escuchar nuestro cuerpo y darlas una ubicación en él: podemos sentir presión en el pecho, calor en las manos, molestias en el estómago, etc. Aunque al principio nos parezca que esta actitud puede hacernos más daño, lo cierto es que la intensidad del malestar, que puede crecer inicialmente, poco a poco va tomando estabilidad e irá decreciendo lentamente. En muchas ocasiones no sabemos qué sentimos, la amalgama de emociones es tal que no sabríamos describir nuestro estado, ni decir si estamos tristes, enfadados o asustados. Este ejercicio de paramos a sentir nos puede ayudar a distinguir esos sentimientos, ir desembrollando la madeja de la confusión y así ir disminuyendo la intensidad con la que se experimentan.

Si conocemos alguna técnica de relajación que nos funcione, es un complemento ideal de apoyo para este momento de " prestar atención". Es especialmente útil la respiración diafragmática. 
Otra estrategia útil para este momento puede ser la de " cosificar" lo que sentimos, es decir, dotar a esa molestia, ubicada en nuestro cuerpo, de características propias de los objetos: le damos una forma, un color, una textura, un sonido, un olor, un tamaño, etc. Así, una presión en el estómago puede tener forma de bola grande, metálica y roja; un pinchazo en el pecho la forma de una barra de hierro, dura, gris y brillante ( todo esto se debe hacer sentados o tumbados, con calma y tiempo) De esta forma ponemos límites al malestar y la sensación de desbordamiento queda recogida. 
Una vez hecho esto, y si nos apetece, podemos plasmar ese "objeto interno" en una hoja, dibujarlo con las características imaginadas. También podemos dibujar no el objeto en sí, sino cualquier cosa que ese malestar nos traiga a la mente. Es una forma de sacarlo fuera y poder mirarlo a " los ojos".

  • Cuidado con los pensamientos, hacen que interpretemos la realidad de forma poco objetiva y son los causantes de vivir las situaciones de la vida de forma muy intensa y descontrolada. Echa un vistazo a tu dialogo interno, a lo que te dices sobre ti, sobre los demás y sobre el mundo. ¿ Esa situación, persona o característica tuya que evalúas como terrorífica, realmente lo es? ¿ no estarás siendo muy cruel e injusto contigo mismo?

 

2. El siguiente paso es tener curiosidad por el mensaje que nos ofrece la emoción: ¿ qué me quiere decir esta emoción? ¿ qué tendría que suceder para que disminuyera? ¿ eso que tendría que suceder es lo mejor para mí? ¿es lo mejor para otros?¿ está en mi mano hacer algo para conseguir esto? ¿ qué hay que no dependa de mí y, por tanto, es el otro el que debe responsabilizarse y hacer algo? ¿ cómo poner en marcha esas soluciones?

Esto permitirá no actuar impulsivamente para aliviar a corto plazo la activación producida por lo que nos altera. Introducimos la reflexión para actuar eligiendo y, por tanto, tomando decisiones cuyas consecuencias sean más fácilmente asumibles. ( A la hora de poner en marcha ciertas soluciones será necesario hacer uso de habilidades asertivas y de comunicación. Os remito de nuevo a diferentes artículos escritos en este blog que nos darán pautas a seguir que faciliten la comunicación y, por tanto, la solución)


  • Confía en ti mismo: recuerda cómo lograste manejar esa emoción cuando ya la experimentaste anteriormente, ¿qué hiciste en aquella ocasión? Emprende lo mismo que te dio la solución en ese momento teniendo la plena confianza de que volverá a funcionar y esta vez será más rápido, pues ya tienes el conocimiento necesario para atravesarla adecuadamente.
  • En determinadas situaciones la solución no está en nuestra mano o las soluciones puestas en marcha nos sirven para calmar parte de esa angustia, pero no toda. En esos momentos quizás lo mejor es no hacer nada y dejar que fluyan, aceptarlas y encajarlas con las actividades de nuestra vida cotidiana. No dejar de realizar cosas que nos agradan, pero tampoco obligarnos a hacerlas si eso supone evitar y huir del sufrimiento. Llenar todo nuestro tiempo de cosas y no dejar ese espacio para ponernos en contacto con el dolor puede tener un efecto boomerang: acabará por aparecer más fuerte si es posible.

En resumen, no tengas miedo a esas emociones que a veces parecen fuera de sí, dales un sentido, un valor, reconócelas , no intentes eliminarlas ni evitarlas, mantén la calma y reflexiona antes de dar rienda suelta a la impulsividad, y, sobre todo, confía en ti y en que al final " esto, también pasará" *


* Cuento también publicado en este blog. Se recomienda su lectura tras este artículo. 

Raquel Ibáñez Ortego

Psicóloga

Grupo Crece

Secretos y mentiras: cómo cambia tu vida cuando cuentas lo que callaste.

¿A quién no le ha pasado alguna vez que no pudo contar algo, lo calló, quizá no era el momento de hacerlo, quizá no se atrevió, quizá..., y después ya es muy complicado salir de ese círculo vicioso?

Sobre todo nos referimos en este post a cómo: por proteger a algunas personas, proteger relaciones o quizá por miedo al rechazo o a la desaprobación, ocultamos temas fundamentales en nuestra vida. Desde nuestra orientación sexual, hasta nuestros afectos por alguien, nuestros intereses en relación a alguna actividad o tema, nuestros objetivos vitales, nuestras necesidades al respecto de algo o de alguien...

Si se trata del pillaje, de buscar un beneficio posterior, abriremos la Caja de Pandora cuando más nos convenga, pero tampoco nos referimos a esto en el post. Nos referimos a cómo casi siempre, estas situaciones suponen una merma de la autoestima de la persona que calló y ocultó y de cómo esta información se convierte en fuente de estrés, de tensión, de sufrimiento y de miedo.

¿Qué ocurriría si dijese la verdad? ¿Cómo voy a decir la verdad después de tanto tiempo? ¿Cómo voy a mostrar mi realidad a estas personas que parece que no me van a comprender?

Es cierto, que tu vida puede cambiar si empiezas a ser tú mimo/a y vas abriendo esa Caja de Pandora. En casi todos los aspectos, yo diría, por mi experiencia personal y profesional como terapeuta, que cambiará a mejor, pero también puede haber consecuencias negativas.

A veces, cuando mostramos nuestras necesidades, nuestros intereses y nuestro yo auténtico a los demás, algunas personas no lo entienden, están acostumbradas a los patrones antiguos y rehacerse al nuevo yo del otro les resulta complicado, y necesitan un periodo de adaptación. Por ejemplo, si un amigo piensa que me encantan las películas de autor y comparto esa actividad con él, y de repente, le confieso que las odio, puede ser que esta persona se sienta engañada y que haya un vacío en la relación, que se descubra que en realidad sólo compartíamos las películas de autor. Otro caso sería un amigo que está acostumbrado a que siempre estamos disponibles para lo que el amigo quiera y cuando nos disponemos a poner límites y a expresarle que ya no nos va a tener disponibles para todo, este amigo, pueda no estar dispuesto a permitirnos los límites y se resista, con comportamientos manipuladores y agresivos, a mi cambio y decisión personal.

Podemos, perder relaciones que creíamos importantes porque los demás no están dispuestos a encajar nuestro cambio, podemos provocar decepciones de los que esperaban estar construyendo una relación sincera y necesitan un periodo de adaptación a la nueva situación.

La realidad es que estas relaciones pueden tratarse de relaciones de pareja, de familia o amistad muy importantes para las personas implicadas, pero que se construyen escudados en una falsa apariencia, en una mentira, en un disfraz para gustar o recoger cariño y aprobación de los demás de una manera tan peligrosa que pone en riesgo nuestra felicidad más profunda.

El miedo a la soledad, por ejemplo, si perdemos a nuestra pareja puede bloquearnos hasta tal punto de construir durante años una relación falsa que nos hará infelices y cada vez más inseguros. El dolor de defraudar a unos padres nos puede llevar a mantener una profesión que nos hace infelices y a no luchar por nuestros sueños.

En otras ocasiones, nos lleva a vivir una realidad paralela para poder satisfacer nuestras necesidades pese a la tristeza que esto conlleva.

Sin embargo, y pese a las consecuencias negativas de expresarnos en libertad, si vas descubriendo poco a poco o de una manera más directa (según los casos) tu máscara, tu vida cambiará a mejor porque:

1. Al ser tú mimo/a mantendrás a tu lado a las personas que te aceptan como eres y que son capaces de comprender tu necesidad de haber mostrado la verdad. Esto te ayudará a discriminar las personas sanas y tolerantes de las que no lo son, las personas que te quieren y por tanto te aceptan de las que no. La asertividad nos ayuda a poner a cada cual en su lugar y eso nos quita un peso de encima, con los que se quedan podemos confiar y ser nosotros mismos.

2. Al ser tú mismo/a, tu autoestima se fortalecerá y te sentirás con más fuerza para gestionar las situaciones difíciles de la vida, eliminarás muchas fuentes de estrés que no eran importantes y te sobraban.

3. Al ser tu mismo/a, algunas personas que se resistirán al principio a tu cambio, lo irán aceptando y encajando, sólo necesitas paciencia y confianza, para estas personas habrá sido difícil porque se han decepcionado o descolocado al principio o porque tiene valores algo rígidos, pero se adaptarán a a la situación.

4. Al ser tú mismo/a, muchos problemas que te acompañaban desde hace tiempo, quizá dolores físicos o problemas psicológicos irán a menos, ya que el organismo no tendrá que luchar contra lo que no eres.

Raquel López Vergara

Psicóloga y coach

Grupo Crece