Numerosos estudios han demostrado que las personas más alegres y sonrientes resultan más atractivas. La alegría nos hace unirnos al grupo. La cohesión social se establece en fiestas y celebraciones donde la alegría debe estar presente.
Además, provoca beneficios en nuestra salud, no sólo nos proporciona el placer de las endorfinas y lleva a nuestro organismo a un estado de equilibrio fisiológico, sino que se ha demostrado que fortalece nuestro sistema inmunológico, reír y estar alegres nos hacen más resistentes contra las enfermedades.
Parece que estar alegre nos trae multitud de ventajas.
La risa y la alegría
La risa es un mecanismo muy básico y primitivo que nos ha ayudado a estar sanos y unidos al grupo.
Compartimos la risa con los primates y también las cosquillas. Otros animales como los perros y algunos roedores parecen tener algo parecido a la risa en los ambientes de juego o cuando se les hace cosquillas.
La risa es uno de los precursores de la comunicación al igual que el llanto. Cuando el bebé ríe nos indica que está contento, satisfecho, que no necesita nada de nuestra parte, y además, nos invita a establecer contacto social y afectivo con él, nos ayuda a reforzar nuestro vínculo emocional.
La sonrisa y la risa transmiten confianza y seguridad., “no soy peligroso, te puedes fiar de mí”. Es, por tanto, un facilitador de la resolución de conflictos.
La sonrisa es un signo de sumisión en los primates. Se da también en situaciones de miedo. El dominante hace reír, el sumiso ríe.
Nos reímos mucho más con otras personas que solos, es un acto social.
La risa es contagiosa, seguramente esto ha sido adaptativo como mecanismo de cohesión social.
La risa tiene que ver con algo muy básico, con la primera infancia. La risa nos permite bajar nuestras defensas y no tomarnos tan en serio la vida, nos permite conectar con el juego, con el niño interior y nos libera.
La risa tiene beneficios extraordinarios sobre el sistema inmunitario, aumenta las defensas no sólo durante el momento de la risa o diversión sino que el efecto permanece tiempo después.
La risa y el sentido del humor nos ayudan a canalizar el estrés.
Acercarnos a la auténtica felicidad
Las personas experimentamos placer y alegría de maneras diferentes. Aprender a conocerse es dar un gran paso hacia la felicidad ya que nos ayudará a incorporar aquellas cosas en nuestra vida importantes para nuestra felicidad personal.
1ª clave
Una de las claves se encuentra en nuestras motivaciones básicas.
Todas las motivaciones básicas humanas están presentes en cada uno de nosotros pero no las valoramos de la misma manera sino que lo hacemos en función de nuestra personalidad. Hay personas que valoran la vinculación por encima de todo, y otras valoran más la superación o el reto. En la medida que hagamos presentes esas motivaciones en nuestra realidad, estaremos más alegres. ¿Cuál es tu caso?
Vinculación: Está muy presente si para nosotros es muy importante que nos quieran y tendemos a establecer vínculos afectivos en cualquier situación y no sólo en lo personal, en el trabajo, con los vecinos, en las tiendas o en un curso al que nos hemos apuntado....
Pertenencia: Implica que necesitamos sentirnos parte de un grupo, y no muy diferentes en maneras de pensar, de mostrarnos, de vestir, etc., y ser grupo puede ser hasta más importante que ser individuo. Si esta motivación está muy presente, tenderemos a participar en asociaciones, velar por que las decisiones sean de tipo grupal, a veces podemos perder parte de nuestras preferencias o callar una de nuestras ideas por el bien del grupo, y por evitar el rechazo del grupo.
Identidad: Marcamos lo que nos diferencia para ser únicos y especiales aunque sea en contra del grupo, o aunque nos tachen de “raros” o “diferentes”. Le damos mucha importancia a nuestras necesidades, gustos e ideas y las defendemos y llevamos a cabo lo que nos gusta aunque lo hagamos solos. Decimos lo que pensamos aunque sea contrario a lo que otros piensan. En esta motivación no gusta sentirse rebaño, se reivindica la individualidad e identidad.
Seguridad: Es una motivación conservadora. Se mantiene lo que se ha conseguido, se buscan actividades o situaciones vitales que nos aporten seguridad. En esta motivación nos movemos por encontrar un trabajo fijo, una profesión con salidas, no son agradables los cambios o imprevistos.
Poder: Deriva de nuestra necesidad humana de control sobre la realidad. La influencia sobre las personas es una manera compleja de satisfacer dicho control. Se puede dar de diferentes maneras: seducción, fuerza, argumentación, amenaza, control de la información, ayuda, estatus social o económico…
Reto/superación: Nuestro cerebro necesita variedad, complejidad y cantidad de estimulación: ser creativo y enriquecerse con novedades. Conocer, comprender y aprender producen bienestar y placer, independientemente de la utilidad. Superar cosas difíciles nos da satisfacción en sí misma.
Placer: Buscamos el bienestar y las sensaciones agradables: disfrutamos de los cinco sentidos. La satisfacción de las necesidades básicas para la supervivencia están fuertemente ligadas a este tipo de motivación: descanso, alimento, sexo…
Perdurabilidad: El ser humano tiene afán de inmortalidad: creencias religiosas, expresiones artísticas, obras sociales, utopías, tener hijos… son ejemplos de satisfacer esta motivación.
Ante esto, nos tenemos que preguntar. ¿Incorporo en mi vida actividades y situaciones que satisfagan mis motivaciones predominantes?
2ª clave
Otra de las claves está en el tipo de emociones positivas que nos gusta experimentar.
Me siento bien experimentando placeres sensoriales, sensación de triunfo o de orgullo, excitación o interés, calma, paz, diversión y risa, admiración, euforia… ¿Incorporo a mi vida actividades o situaciones que me hagan experimentar estos sentimientos?
Pero cuidado, no nos vale cualquier actividad para llegar a la auténtica felicidad. Según Seligman otra de las claves de la felicidad se encuentra en potenciar las emociones positivas y los placeres. Pero, ¿qué significa potenciarlas? Seligman nos advierte que no debemos tomar atajos para conseguir el placer: drogas, compras, sexo sin amor…, sino buscar aquellas cosas que realmente son importantes para cada uno de nosotros, y desarrollar desde ahí nuestras fortalezas para sentirnos bien con nosotros mismos, y subir nuestra autoestima. Desde ahí, sí es importante incorporar en nuestra vida la mayor cantidad de placeres posibles y saborearlos y disfrutarlos en el aquí y ahora.