Hipnosis: mitos y realidades

Cuando escuchamos la palabra hipnosis se genera en nosotros una sensación de incredulidad que nos lleva a mirarla con desconfianza e incluso con miedo. A veces, también ejerce una poderosa atracción pues se ve envuelta en un halo de misticismo y esoterismo que nos lleva a mirarla como una solución mágica para la resolución de problemas. Estas sensaciones contrapuestas han sido propiciadas por la televisión, el cine y otros medios de comunicación de masas que han generado esta visión tan distorsionada de una técnica suficientemente avalada por investigaciones científicas.


El objetivo de este artículo es desterrar falsos mitos y creencias profundamente arraigados ofreciendo argumentos realistas y comprensibles sobre el fenómeno hipnótico y así eliminar en lo posible las creencias erróneas que existen, apareciendo ante el público como una técnica posible con la que beneficiarse. 

Mitos y realidades

La mayoría de la gente tiene una visión estereotipada de la hipnosis como una poderosa forma de control mental, y la mayoría de concepciones equivocadas se basan, en mayor o menor medida, en esa noción.

Sorprende comprobar como la mayoría de estos mitos, profundamente arraigados entre la gente, también se hallan presentes en mayor o menor medida entre los propios profesionales de la salud mental.

A continuación se presentan y discuten los más significativos:

Mito nº1. El poder del hipnotizador y la pérdida de voluntad y control del sujeto hipnotizado

Se trata de uno de los mitos “estrella” y se encuentra muy relacionado con la atribución al hipnotizador de supuestos “poderes mágicos” responsables de la influencia que “ejerce” sobre el paciente.
La investigación experimental y clínica ha revelado que la hipnosis es un trabajo en equipo donde el hipnotizador dirige la experiencia porque conoce los procedimientos y técnicas, y el sujeto hipnotizado decide hasta dónde debe llegar esa experiencia. Así, la hipnosis es un proceso de comunicación entre dos protagonistas. Si existe una buena relación de comunicación entre ambos, aumenta la probabilidad de que en el sujeto CREA que el resultado será adecuado, lo que hará que el proceso hipnótico sea exitoso.
El hipnotizador no tiene ciertas aptitudes especiales, no hay nada esotérico en la realización de hipnosis. Más bien se trata de procedimientos que están basados en sugestiones para favorecer la relajación, la imaginación y la actuación de los sujetos para que estos sean más flexibles al cambio psicológico. 
Las aptitudes del hipnotizador están más relacionadas con las aptitudes de un buen profesional de la salud.
La hipnosis es una técnica que se utiliza para el incremento del autocontrol sobre las conductas problemáticas para el paciente, no para la pérdida de control. Las sugestiones realizadas por el terapeuta son recibidas sin el análisis y la crítica propias del hemisferio izquierdo cerebral, pero para ello la persona a hipnotizar debe querer entrar en hipnosis.

Mito nº 2. La persona está dormida o inconsciente durante la hipnosis

La experiencia de la hipnosis presenta determinadas similitudes a nivel físico con el sueño (menor actividad,relajación muscular, enlentecimiento de la respiración....) los cuales son utilizados como indicadores fiables del nivel de profundidad hipnótica alcanzado. Ahora bien, a nivel mental, existe cierto consenso en afirmar que se está relajado pero alerta, siempre está presente un cierto nivel de consciencia de actividad, incluso en los estados más profundos de la hipnosis.
Los indicadores fisiológicos de la hipnosis ( tasa cardíaca, respiración, presión sanguínea, etc.) tienen mucho que ver con los indicadores fisiológicos de cualquier otra técnica de relajación.

Mito nº 3. Las personas hipnotizadas tienen una mente débil

El estado hipnótico es un estado natural en el que entra prácticamente todo el mundo incluso varias veces al día. Un ejemplo de ello es cuando estamos absortos en una lectura, cuando miramos un fuego encendido, el mar... en estos momentos nos hayamos en un estado de tal atención y concentración que incluso podemos dejar de atender a estímulos externos... El estado hipnótico es igual pero amplificado. 
La capacidad para ser hipnotizado no se correlaciona de manera fiable con rasgos de personalidad específicos. Esta creencia errónea se basa en la imagen del hipnotizador todopoderoso, y se basa en el supuesto de que para que éste controle a alguien, la persona debe tener poca o ninguna voluntad propia.


Mito nº4 . Los riesgos de la hipnosis


Esta idea fomenta, de manera intensa, el miedo de la gente. De hecho existe una base legítima para preocuparse por el uso de la hipnosis, pero la preocupación no debería ser respecto a que la experiencia haga daño a nadie, sino respecto a quien practica la hipnosis y cómo lo hace.
La hipnosis en sí misma no es perjudicial, pero un profesional incompetente o poco ético puede hacer daño mediante una ignorancia absoluta de la complejidad de la mente de la persona o mediante una falta de respeto por la integridad del ser humano.

 

 

Mito nº5. La generación de dependencia paciente-terapeuta

La hipnosis, debidamente entendida y aplicada, no debería generar mayor dependencia de la producida por la aplicación de otras técnicas terapéuticas como la realización de tareas entre sesiones, la aplicación de un test o el desarrollo de una desensibilización sistemática clásica.

El aprendizaje de la auto-hipnosis por parte del paciente constituye un ejemplo perfecto de cómo la hipnosis puede ser utilizada para generar mayores recursos en el propio paciente, y donde el protagonista principal es el mismo paciente,responsable en última instancia de su propio cambio,estimulando de esta forma su autonomía personal respecto a su terapeuta y al proceso terapéutico.

Mito nº 6. La gente puede quedar atrapada en un estado de hipnosis y no puede salir de él cuando quiera. 

La experiencia clínica con numerosos pacientes inducidos a hipnosis indica lo contrario. Así, cualquier terapeuta con cierta experiencia en hipnosis podrá constatar que: 
1. Ningún sujeto puede ser hipnotizado si no desea realmente hacerlo; 
2. De la misma forma que un sujeto “decide” ser inducido a hipnosis, puede “decidir” terminar el proceso cuando lo desee, aunque generalmente espera que sea el terapeuta quien se lo indique. 
3. El sujeto puede ser remiso o negarse a decir o hacer algo que el terapeuta le pida durante el transcurso de la sesión hipnótica.
4. El sujeto hipnotizado puede fabular o incluso mentir durante la hipnosis.
5. El sujeto puede experimentar unas sesiones de hipnosis mejores que otras, ello no depende tanto de las habilidades del terapeuta sino de aspectos motivacionales, estado de ánimo, nivel de fatiga, del propio paciente.

 

Mito nº 7. La hipnosis es una terapia

La hipnosis NO es una terapia. Más bien es una herramienta terapéutica que se puede utilizar en una variedad casi infinita de formas, que se emplean conjuntamente con otras estrategias psicológicas y no se alinea con ninguna orientación teórica o práctica.Mito nº 8. El poder ilimitado de la hipnosis
La hipnosis clínica es una herramienta más de intervención,no la única o la más importante,al servicio del profesional con la formación adecuada y con un potencial terapéutico relevante en determinadas trastornos emocionales y psicosomáticos,con una eficacia comparable al de otras estrategias terapéuticas ampliamente aceptadas y utilizadas. Además requiere esfuerzo y colaboración activa por parte del paciente, no es una técnica tan cómoda como pudiera parecernos, aunque es cierto que los resultados puedan ser muy rápidos.

En resumen:

La hipnosis es un estado voluntario y confortable, con diferentes grados de profundidad, caracterizado por una reducción de la actividad periférica, en el que se mantiene una concentración especial, con una suspensión VOLUNTARIA de la capacidad analítico lógica propia del hemisferio izquierdo cerebral.

Si en algún momento os decidís a hacer uso de la hipnosis debéis saber que la Psicología y la Medicina son las dos titulaciones que se exigen para la práctica de la hipnosis clínica, por lo que debéis tener cuidado con hipnoterapeutas legos que ofrezcan servicios que vayan de la mano de los mitos antes citados.

Raquel Ibáñez Ortego

Psicoterapeuta

Grupo Crece